(Aica/InfoCatólica) El patriarca sirio católico Ignace Joussif III Younan elevó esa súplica en la liturgia que presidió, el domingo 8 de diciembre, en el santuario dedicado a los Santos Behnam y Sarah, en el Líbano. En su homilía, el patriarca hizo referencia a «esta ola de revolución contra el gobierno y el régimen que ha durado años», y que derivó en «una guerra aterradora, con un impacto devastador en la seguridad y la economía, afectando a todos sin distinción».
Mensaje de unidad y esperanza
Por su parte, el patriarca sirio ortodoxo Mor Ignatios Aphrem II emitió un comunicado, en el que invoca la «Sabiduría divina» para guiar al pueblo sirio hacia la unidad y el amor a la patria. El mensaje —informó la Agencia Fides— destaca también el compromiso de la Iglesia en la promoción de los valores de justicia, paz y armonía entre todos los ciudadanos, respetando la rica identidad cultural y la larga historia de Siria.
Apoyo internacional para la nueva Siria
El padre Firas Lutfi, párroco de los católicos latinos de la capital Damasco, se muestra no menos positivo:
«Es un regalo que nos llega en la fiesta de María: es el nacimiento de la nueva Siria. Después de 53 años de un gobierno dictatorial y sangriento, que arrasó con sus opositores; una dictadura que dejó muchas heridas: más de medio millón de muertos, 11 millones de refugiados que huyeron al extranjero, a Turquía y a Europa, un sistema económico destruido y muchísima pobreza. Ahora todo esto se acabó. El dictador huyó, víctima de su propia presunción de invencibilidad. Ahora, debemos volver la mirada hacia el futuro, hacia la Nueva Siria que nace esta mañana. Esperamos que los sirios finalmente puedan encontrarse unidos en la construcción de un futuro común de bien y solidaridad social».
Esperanza para los refugiados y la reconstrucción
Por su parte el vicario apostólico de Alepo, monseñor Hanna Jallouf, obispo de los católicos latinos en Siria, manifestó:
«La dinámica de los acontecimientos de estas horas dice mucho sobre su génesis, en un marco de referencia internacional, que implica a Estados Unidos, Rusia, Irán, Turquía e incluso Israel. Cada uno de esos partidos se benefició de alguna manera del cambio de régimen».
El vicario apostólico de Alepo se muestra confiado en los posibles escenarios futuros:
«La situación se irá aclarando poco a poco. En los próximos días, quedará claro qué tipo de gobierno se establecerá. Pero las suposiciones parecen reconfortantes; Nos aseguraron la máxima atención a los derechos de los cristianos, en un encuentro con los obispos de todas las confesiones cristianas. También espero que pueda comenzar el regreso de muchos refugiados. En los últimos años, casi una cuarta parte de la población, incluidos muchos cristianos, abandonaron el país».
Impacto en el escenario de Oriente Medio
El impacto que el cambio de gobierno podría tener en el escenario de Oriente Medio es significativo. Para Turquía, se abre la posibilidad de resolver el problema de los millones de refugiados sirios acogidos en el sur del país y que son motivo de continua tensión. Para los rusos y los iraníes, es la retirada de una situación que agravó sus problemas y conflictos contextuales (parece además que los recién llegados al poder también confirmaron la presencia de los rusos en la base naval estratégica de Taurus); y, para los Estados Unidos y los israelíes (que en cualquier caso han reforzado sus contingentes en la zona fronteriza del Golán como medida de precaución), existe la ventaja de un cortocircuito en el suministro de armas de Irán a Hezbolá, que transitaba por Siria.
Hacia un futuro de paz
Los próximos días serán decisivos para entender si la moderación de Al Jolani, que en el pasado fue líder de Al Qaeda, será fiable, comentan los medios vaticanos. El hecho de que todo el tablero de ajedrez está en movimiento lo demuestra también un breve encuentro entre el presidente electo estadounidense, Donald Trump, y el vicario de la Custodia de Tierra Santa, el padre Ibrahim Faltas, que tuvo lugar en París este fin de semana, aprovechando la inauguración de la restaurada catedral de Notre Dame.
Trump habría indicado al franciscano que una rápida pacificación de la zona es una prioridad absoluta para la nueva administración estadounidense, añadiendo que el punto central es el destino de Jerusalén: «Si no hay paz en Jerusalén, no hay paz en todo Medio Oriente», afirmó el presidente electo.