(Asia News/InfoCatólica) La embajada de Filipinas en Camboya comunicó que seguirá garantizando asistencia legal a las mujeres, condenadas a cuatro años de prisión, posteriormente reducida a dos por el tribunal provincial de Kandal. Las mujeres, actualmente recluidas en un centro médico con control policial, no tendrán que cumplir sus condenas hasta que termine su embarazo. Mientras que el destino de los niños por nacer sigue siendo incierto. El caso es especial porque las madres subrogadas suelen permanecer en su país de origen.
Después del arresto, el subsecretario del Departamento de Justicia de Filipinas, Nicholas Felix Ty, declaró que las propias mujeres eran «víctimas de trata de personas». El ministro del Interior camboyano, Chou Bun Eng, afirmó en cambio que responsabilizaba a las mujeres de trata de personas. También fueron detenidas cuatro mujeres vietnamitas y otras siete filipinas, pero como no estaban embarazadas fueron expulsadas. Todas habían sido arrestadas durante una redada policial el 23 de septiembre en una propiedad cerca de la capital, Phnom Penh. Poco después, el portavoz de la policía explicó que la inseminación de las mujeres se había realizado en Tailandia.
Aunque tener hijos para otras personas es ilegal en Camboya y los países del Sudeste Asiático, como Tailandia, la práctica sigue siendo popular en la región debido a sus menores costos en comparación con otras regiones del mundo.
Según la agencia de noticias AFP, algunas parejas chinas pagan entre 40.000 y 100.000 dólares por la gestación de una mujer camboyana. En 2017 una enfermera australiana que dirigía una clínica de gestación subrogada fue condenada a 18 meses de cárcel en Camboya. Al año siguiente, 32 madres acusadas de trata de personas fueron liberadas con la condición de que ellas mismas criaran a los niños.