(InfoCatólica) El pasado 26 de noviembre de 2024, la Dimensión Episcopal para la Vida de la Conferencia del Episcopado Mexicano emitió un comunicado manifestando su oposición a la reciente reforma legislativa que despenaliza el aborto en el Estado de México. La declaración, firmada por Mons. Ramón Salazar Estrada, obispo auxiliar de Guadalajara y responsable de la Dimensión Episcopal de Vida, enfatiza la importancia del respeto a la vida y la dignidad humana desde la concepción, calificándolos como principios inalienables para la paz y la convivencia en la sociedad.
Citando al Papa Francisco, el comunicado subraya la responsabilidad de la Iglesia en la protección de los más vulnerables, incluidos los niños por nacer. En este contexto, se critica la reforma por permitir el aborto voluntario durante el primer trimestre de embarazo, señalando que esta medida anula la defensa del hijo en gestación y excluye su derecho a la vida por criterios que consideran subjetivos y arbitrarios.
Además, el texto condena el enfoque legislativo que, según la Iglesia, revictimiza a las mujeres al presentar el aborto como una solución a sus problemas, ignorando su vulnerabilidad y las consecuencias que esta práctica podría tener en ellas. También se destaca la preocupación por la «invisibilización del hijo en gestación» y se reafirma el compromiso de la Iglesia en la defensa de la vida y el apoyo tanto a las madres como a sus hijos.
Por último, el comunicado concluye con un llamado a la oración, confiando a Santa María de Guadalupe la protección de la vida de cada madre y de cada hijo en el vientre materno. Asimismo, invita a la sociedad a reflexionar sobre el valor de la vida y a rechazar legislaciones que, en su opinión, atenten contra este principio fundamental.
Comunicado de la Dimensión Episcopal de Vida ante la despenalización del aborto en el Estado de México
Estimados en el Señor:
El respeto a la vida y la dignidad inalienable de cada ser humano en toda etapa de vida y circunstancia resultan de particular relevancia para la paz y la convivencia en nuestro país. Es menester, así mismo, mantener visible y valorar por igual la dignidad humana de toda mujer, sobre todo la que se encuentre en una situación vulnerable, así como la de los hijos e hijas que se encuentran en el vientre de sus madres.
A poco de iniciar el adviento, hacemos eco de las palabras del Papa Francisco:
«Entre esos débiles, que la Iglesia quiere cuidar con predilección, están también los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana en orden a hacer con ellos lo que se quiera, quitándoles la vida y promoviendo legislaciones para que nadie pueda impedirlo»
(Evangelii Gaudium, n. 213).Se tuvo noticia de la reforma legislativa por la que se despenalizó en el Estado de México lo que algunos llaman aborto «voluntario», «electivo» o «procurado» en el primer trimestre del embarazo. Se mantuvieron las excepciones por peligro de muerte para la madre y alteraciones genéticas o congénitas del hijo en gestación, que deriven en trastornos físicos o mentales graves, entre otras.
Esta reforma parte de premisas que no acogen la vida y la dignidad humana en su justo valor. Por ejemplo: en dicha iniciativa los legisladores desconocen el derecho a la vida y la dignidad del hijo o hija en gestación en sus primeros meses de vida, por consideraciones de su estado de salud, o por el origen de su gestación. Por consecuencia la ley no protegería a ese hijo, a tenor de un criterio subjetivo y por tanto arbitrario. También es nuevo el tono con el que se aborda esta reforma. Antes se promovía el aborto al amparo de la vulnerabilidad de la mujer. Ahora se reivindica como si fuera una causa noble y como un derecho. De modo que esta reforma ejerce violencia por la invisibilización del hijo y su desprotección ante la ley, y también perjudica a las mujeres que se ven orilladas a considerar el aborto como una salida a sus problemas.
Desde la Dimensión Episcopal de Vida nos unimos a los obispos del Estado de México. Rechazamos el falso dilema que contrapone la dignidad y vida de la madre con la de su hijo o hija. Anunciamos y exhortamos el amor por igual a ambos: la madre y su hijo. Estamos a favor de la mujer y de la vida.
Encomendamos a Santa María de Guadalupe, custodia de la vida, el corazón de cada mujer y de cada hijo o hija en el vientre de sus madres.
- Ramón Salazar Estrada
Obispo auxiliar de Guadalajara y
Responsable de la Dimensión Episcopal de VidaGuadalajara, a 26 de noviembre de 2024