(InfoCatólica) El Papa Francisco presidió el Ángelus dominical desde la Plaza de San Pedro, coincidiendo con el inicio del tiempo litúrgico del Adviento. En su reflexión, el Santo Padre se basó en el Evangelio del día (Lc 21,25-28.34-36), destacando la invitación de Jesús a no dejarse abatir por las preocupaciones y temores, sino a mantener el corazón ligero y la mirada dirigida al Cielo.
«Levántense y alcen la cabeza, porque está por llegarles la liberación», recordó el Papa, citando las palabras del Evangelio. Subrayó que esta actitud es clave para enfrentar las dificultades y entender las circunstancias de la vida desde la perspectiva de Dios. También llamó a los fieles a examinar sus propios corazones, preguntándose si están cargados de miedos y ansiedades, y a confiar en el amor divino como fuente de fortaleza y esperanza.
El Pontífice destacó la importancia de vivir el Adviento como un tiempo para elevar la mirada hacia Dios y renovar la esperanza, incluso en medio de las pruebas de la vida cotidiana. «Que este tiempo de Adviento sea una ocasión preciosa para levantar la mirada hacia Él, que aligera el corazón y nos sostiene en el camino», indicó.
Tras la oración del Ángelus, Francisco recordó con gratitud el 40° aniversario del Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile, logrado con la mediación de la Santa Sede. En este contexto, afirmó que renunciar a las armas y optar por el diálogo son pasos fundamentales para construir la paz.
El Papa también expresó su satisfacción por el cese al fuego en Líbano y alentó a las partes implicadas a respetar los acuerdos alcanzados, facilitando el regreso seguro de las personas desplazadas. Hizo un llamado a los líderes libaneses para que se elija un presidente de la República y se restablezca el funcionamiento normal de las instituciones, permitiendo implementar las reformas necesarias para el país.
En su mensaje, Francisco dedicó especial atención a los conflictos en Gaza y Siria, lamentando las consecuencias humanas de la violencia y abogando por un acceso urgente a la ayuda humanitaria. Recordó también la situación en Ucrania, describiendo los graves efectos del conflicto, especialmente ante la llegada del invierno, que agrava las condiciones de millones de desplazados.
El Papa exhortó a la comunidad internacional a redoblar los esfuerzos para alcanzar soluciones pacíficas en todas las regiones afectadas por la guerra. «La búsqueda de la paz es una responsabilidad no de pocos, sino de todos», declaró, insistiendo en la necesidad de que no prevalezca la indiferencia frente al sufrimiento de las poblaciones.
Para concluir, Francisco saludó a los peregrinos presentes, mencionando especialmente a grupos provenientes de España, Croacia e Italia, así como a jóvenes de diversas organizaciones religiosas. Finalmente, deseó a todos un buen inicio de Adviento y reiteró su habitual pedido de oraciones por él.