(Catholic Herald/InfoCatólica) Theresa May, ahora baronesa, mantiene la misma postura que adoptó en 2015 cuando votó en contra de una legislación similar. Por su parte, Liz Truss expresó una oposición firme al declarar: «Estoy completamente en contra. Es un error de principio; órganos del Estado como el NHS y el sistema judicial deberían proteger vidas, no terminarlas». Según el medio, Boris Johnson tampoco apoyaría el proyecto en su forma actual.
A estas posturas se suma el ex primer ministro laborista Gordon Brown, quien, en un artículo reciente en The Guardian, relató cómo la muerte de su hija de 11 días en 2001 reafirmó su convicción sobre la importancia de los cuidados paliativos de calidad frente a prácticas de asistencia al suicidio.
Divisiones políticas y religiosas
El proyecto de ley, impulsado por la diputada Kim Leadbeater, también enfrenta la oposición de más de 1.000 miembros del clero anglicano, quienes en una carta abierta calificaron la propuesta como «una amenaza peligrosa para la sociedad». Entre los firmantes se encuentran 15 obispos diocesanos, incluido el obispo de Londres, Dame Sarah Mullally, quien destacó las «preocupantes repercusiones éticas y prácticas para el NHS y la sociedad en general».
Además, líderes religiosos de diversas confesiones –cristianos, musulmanes, judíos, hindúes, budistas y sijes– han unido sus voces en contra del proyecto, subrayando la necesidad de priorizar los cuidados paliativos.
Apoyo limitado entre los líderes políticos
Aún ningún ex primer ministro ha manifestado su respaldo al proyecto. Mientras Theresa May y David Cameron podrían votar en la Cámara de los Lores si el proyecto avanza, Rishi Sunak, actual miembro del Parlamento, es el único exlíder conservador habilitado para votar en los Comunes. Aunque Sunak no se opone al principio del suicidio asistido, no ha confirmado su postura sobre esta propuesta concreta.
Por otro lado, Keir Starmer, actual primer ministro laborista, ha mostrado su disposición a respaldar la legalización, reiterando su compromiso personal con este cambio legislativo.
Preocupaciones médicas y legales
El proyecto también ha generado rechazo en el ámbito médico. Una carta firmada por 3.400 profesionales sanitarios –incluidos directores médicos, profesores de medicina y destacados especialistas– advierte que la legislación podría poner en peligro a pacientes vulnerables.
En términos legales, Sir James Munby, expresidente de la División de Familia del Tribunal Superior, calificó las salvaguardias judiciales como «lamentablemente insuficientes», mientras que el exfiscal general Dominic Grieve señaló posibles conflictos con el Convenio Europeo de Derechos Humanos.
El intenso debate en torno al proyecto de ley evidencia las profundas divisiones éticas, religiosas y sociales que suscita el tema del suicidio asistido en el Reino Unido.