(BCCatholic/InfoCatólica) Los responsables de los centros de ayuda a embarazadas en la región de Lower Mainland, en la Columbia Británica, están expresando una profunda preocupación ante la propuesta del primer ministro Justin Trudeau, que dice ser católico (sic), de implementar una ley que obligue a estos centros a revelar explícitamente en sus informes y comunicaciones públicas si ofrecen o no servicios de aborto. Según el anuncio, realizado el pasado 29 de octubre y titulado «Protegiendo la libertad reproductiva mediante la prevención del abuso de estatus benéfico», la medida busca garantizar que las organizaciones benéficas que apoyan a mujeres embarazadas mantengan la claridad en sus declaraciones públicas, especialmente aquellas relacionadas con el aborto.
Jared White, director ejecutivo de la organización Advokate, con sede en Abbotsford, calificó la medida como un ataque basado en «estereotipos erróneos» sobre los centros de ayuda a embarazadas, los cuales, asegura, ya son transparentes en cuanto a los servicios que ofrecen. «Este reciente ataque perpetúa estereotipos falsos sobre lo que hacen los centros de embarazo», declaró White, señalando que su organización, al igual que otras en el país, ya informa claramente a las mujeres sobre los servicios que están disponibles y los que no, sin necesidad de una legislación adicional.
La propuesta del gobierno también incluyó un mensaje del primer ministro Trudeau en diversas redes sociales, en el que afirmaba que «algunos centros de embarazo en crisis son deshonestos, no ofrecen abortos y deliberadamente no lo informan». Esta acusación, dijo White, responde a una visión «promovida por sectores radicales pro-aborto» que está influyendo en la política gubernamental. Además, añadió que los centros de ayuda a embarazadas son a menudo los únicos lugares donde las mujeres pueden encontrar un apoyo integral que les permite conocer sus opciones en situaciones de crisis.
Para White, muchas de las mujeres que acuden a estos centros «se encuentran en una situación de trauma» y buscan orientación, incluidas preguntas sobre el aborto. Sin embargo, asegura que la mayoría de las mujeres que consultan sobre el aborto no necesariamente desean interrumpir el embarazo, sino que están en situaciones difíciles donde sienten que el aborto es la única salida. En estos casos, los centros, según White, proporcionan información y opciones que ayudan a las mujeres a tomar una decisión informada.
Kimberly Bromley, directora de Pregnancy Concerns, un centro de ayuda en Coquitlam, expresó sorpresa ante las preocupaciones del gobierno, ya que, según asegura, la organización es muy clara sobre los servicios que ofrece y los que no. «No somos médicos ni enfermeros; no somos una instalación médica», señaló Bromley. «Cuando la gente nos llama, dejamos claro que no somos un centro médico, sino una organización de apoyo». Añadió que, en su experiencia, los centros de embarazo son transparentes y rechaza las acusaciones de que intenten engañar a las mujeres sobre sus servicios.
Los centros de ayuda a embarazadas en la región de Columbia Británica, como Advokate y Pregnancy Concerns, ofrecen un soporte integral a mujeres en situación de embarazo inesperado, abordando sus necesidades desde una perspectiva de apoyo emocional y material. Estos centros brindan recursos como pañales, leche en polvo, ropa de bebé y, en casos en los que se elige la adopción, asistencia en la planificación y el papeleo. Para aquellas mujeres que optan por el aborto, algunos centros también ofrecen servicios de asesoría post-aborto, un recurso que no fue mencionado en el anuncio gubernamental sobre las nuevas exigencias de divulgación.
Ni White ni Bromley creen que la legislación propuesta cambiará las operaciones diarias de sus centros, pero ambos consideran que se trata de un primer paso que podría desembocar en un mayor control sobre sus actividades. White considera que el gobierno está enviando «un disparo de advertencia», y le preocupa que esta medida sea un precedente para imponer más regulaciones en el futuro. «Si cedemos ante esto, estaremos concediendo toda la narrativa que se ha construido alrededor de los centros de ayuda a embarazadas», advirtió White.
La enmienda que planea el gobierno canadiense en la Ley del Impuesto sobre la Renta y las Regulaciones del Impuesto sobre la Renta de Canadá no se centra en exigir que los centros de ayuda a embarazadas publiquen la lista de servicios que sí ofrecen, sino en especificar aquellos que no brindan, lo que, según los directores, podría interpretarse como un intento de influir en la percepción pública de estas organizaciones.
Ante este panorama, tanto White como Bromley defienden la misión de los centros de ayuda a embarazadas, subrayando que su labor consiste en acompañar y brindar opciones a mujeres en momentos de vulnerabilidad, y temen que la intervención del gobierno canadiense pueda poner en riesgo su capacidad de ofrecer este tipo de apoyo de manera imparcial y honesta.
Estatus benéfico
El estatus benéfico se refiere a la condición legal que permite a una organización operar como una entidad benéfica registrada. En Canadá, este estatus es otorgado por la Agencia Tributaria de Canadá (Canada Revenue Agency o CRA) a organizaciones que cumplen ciertos criterios, como la promoción de causas sociales, educativas o de salud, sin fines de lucro. Este reconocimiento tiene varias implicaciones importantes:
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Exención de impuestos: Las organizaciones con estatus benéfico están exentas de pagar algunos impuestos, lo que les permite destinar más recursos a sus actividades y servicios.
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Deducciones fiscales para donantes: Las donaciones realizadas a estas organizaciones son deducibles de impuestos para los donantes, lo cual incentiva las donaciones y facilita la obtención de fondos para sostener sus actividades.
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Supervisión y requisitos: Para mantener este estatus, las organizaciones deben cumplir con ciertas regulaciones, como el reporte transparente de sus actividades, fuentes de ingresos y destino de los fondos.