(Avvenire/InfoCatólica) Italia sigue siendo un país culturalmente católico, como indica el informe elaborado por el Censis para la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), aunque los modos de vivir la fe están cambiando profundamente. Según la encuesta, realizada entre el 27 de septiembre y el 1 de octubre de 2024, el 71,1% de la población italiana se considera católica. No obstante, solo el 15,3% asiste regularmente a las actividades de la Iglesia, el 34,9% lo hace ocasionalmente y el 20,9% se define como «católico no practicante».
El estudio también arroja un dato relevante entre los jóvenes de 18 a 34 años: solo el 58,3% se identifica como católico, y de ellos apenas el 10,9% se considera practicante. Es decir, sobre el total, el porcentaje de jóvenes católicos practicantes apenas llega al 6%. Este fenómeno de desvinculación tiene una causa principal, según el Censis: el «individualismo religioso». De hecho, el 56,1% de quienes se distancian de la práctica regular prefieren vivir su fe «de manera interior».
Por otra parte, cuatro de cada diez italianos aseguran no sentirse identificados con la Iglesia católica actual, y entre los practicantes un 15% expresa también cierto alejamiento. Entre las razones, un 45,1% considera que la Iglesia es «demasiado antigua» y el 27,8% señala la falta de una «línea clara». Además, el 43,6% opina que la Iglesia italiana es una institución «masculina», una percepción que comparten el 46,5% de las mujeres encuestadas.
Giuseppe De Rita, presidente del Censis, subraya que esta situación refleja una «zona gris» dentro de la Iglesia, motivada tanto por el individualismo creciente como por la falta de una perspectiva de trascendencia en la vida eclesial. En este contexto, la mayoría de los católicos no apoyan la idea de una Iglesia que se conforme con pocos fieles convencidos; de hecho, el 60,8% aboga por una Iglesia que responda a las transformaciones del mundo actual.
Asimismo, el 70% de los italianos menciona que la credibilidad de la Iglesia se ve afectada por escándalos como los abusos, un aspecto que impacta negativamente a seis de cada diez practicantes. Según el estudio, un 49,2% considera que la Iglesia no da suficiente protagonismo a los «fieles valiosos» o a aquellos con iniciativas, y muchos desearían que diera un papel más activo a los laicos.
A pesar de estos desafíos, la identidad cultural italiana sigue conectada con el catolicismo: el 79,8% de los encuestados afirma que su base cultural tiene inspiración católica, y un 61,4% está de acuerdo en que el catolicismo forma parte integral de la identidad nacional, incluso un 41,4% de los no creyentes comparte esta opinión. La devoción a la Virgen, por ejemplo, sigue siendo respetada por el 41% de la población, incluidos un 36,7% de no creyentes.
Por otra parte, el 66% de los italianos declara que reza o se dirige a Dios en ciertas ocasiones, aunque solo el 8,8% de los practicantes lo hace durante actos litúrgicos. Esta práctica espiritual se asocia principalmente a momentos emocionales o difíciles, en los cuales el 39,4% busca una conexión espiritual y el 33,5% recurre a la oración en situaciones de miedo o necesidad.
Finalmente, el 58% de los italianos cree en la vida después de la muerte, y de estos, un 61,7% piensa que habrá un juicio según las acciones en vida. La mayoría de la población considera importante la vida espiritual, pero para el 52,7% esta es una experiencia privada.