(Katholisch/InfoCatólica) El pasado viernes, las ocho campanas del norte de la catedral de Notre-Dame en París volvieron a sonar por primera vez desde el devastador incendio que casi destruyó el monumento en abril de 2019. Este momento fue considerado por los encargados de la restauración como un «paso hermoso, importante y simbólico», tal y como expresó Philippe Jost, responsable de la recuperación del emblemático templo, en declaraciones recogidas por el periódico La Croix.
El incendio, que se desató la noche del 15 de abril de 2019, devastó gran parte de la catedral, destruyendo el techo y derrumbando la aguja del campanario central. En ese momento, las ocho campanas del torreón norte fueron cuidadosamente retiradas para evitar daños adicionales y sometidas a un proceso de restauración exhaustiva. A pesar de la magnitud de los daños, las dos grandes campanas ubicadas en el torreón sur sobrevivieron al desastre y no sufrieron alteraciones.
Tras más de cinco años de trabajos de restauración, que incluyeron tanto la reconstrucción de la estructura de la catedral como la restauración de sus elementos artísticos, la vuelta a sonar de las campanas del norte marca un hito en el proceso de recuperación del icónico monumento parisino. Estos trabajos han sido meticulosos y han contado con la colaboración de expertos artesanos, restauradores y voluntarios, quienes han trabajado incansablemente para devolverle a Notre-Dame su esplendor original.
Además de la restauración de las campanas del norte, esta semana se han instalado tres nuevas campanas, que reemplazan a las que fueron destruidas en el colapso del campanario central. Cabe destacar que una de estas nuevas campanas tiene un simbolismo especial: fue utilizada en el estadio de atletismo del Stade de France durante los recientes Juegos Olímpicos de París 2024 como «campana ganadora», lo que la convierte en una pieza única en la historia de la catedral.
La restauración de Notre-Dame es un proyecto que ha capturado la atención y el corazón de los franceses y del mundo entero, no solo por su valor artístico y cultural, sino también por el simbolismo que la catedral tiene para la identidad nacional de Francia. El incendio de 2019 fue un golpe devastador para la ciudad y para los creyentes de todo el mundo, pero el esfuerzo conjunto para su restauración ha sido un testimonio de la resiliencia y el compromiso de la comunidad.
El evento más esperado, la reapertura oficial de Notre-Dame, está prevista para el próximo fin de semana, 7 y 8 de diciembre de 2024. Durante esa ocasión, se celebrará una ceremonia de inauguración que marcará el regreso de la catedral a su pleno esplendor, permitiendo nuevamente que los fieles y turistas de todo el mundo puedan disfrutar de uno de los monumentos más emblemáticos de la cristiandad.
Este evento no solo será un motivo de celebración para los católicos, sino también para la cultura francesa y la humanidad en general, pues Notre-Dame es un símbolo de historia, fe y resistencia frente a las adversidades.