(CNA) El gobierno provincial de Quebec permitirá el suicidio asistido para personas que no puedan consentir en el momento del procedimiento, en lo que un defensor provida describe como una política «deshumanizadora» que «devalúa» a las personas con capacidad mental disminuida.
En el sitio web del gobierno provincial se establece que las «solicitudes anticipadas» para la asistencia médica para morir (MAID, por sus siglas en inglés) pueden ser realizadas por personas que hayan sido «diagnosticadas con una enfermedad grave e incurable que conlleve a la incapacidad», como el Alzheimer.
La solicitud «debe realizarse mientras la persona aún es capaz de consentir el cuidado», aclara el gobierno, aunque reconoce que el procedimiento letal se llevará a cabo «cuando la persona se vuelva incapaz de [consentir]».
Algunos defensores han aplaudido la medida. Cathy Barrick, directora ejecutiva de la Sociedad de Alzheimer de Ontario, expresó a los medios esta semana que la muerte asistida «debería estar disponible para personas con demencia».
Por su parte, Sandra Demontigny —portavoz de la Asociación de Quebec por el Derecho a Morir con Dignidad y quien también sufre de Alzheimer— declaró a los medios que había «esperado este día durante muchos años».
Nueva regla «devalúa a personas con pérdida de memoria»
Amanda Achtman, quien promueve la educación ética para Médicos por la Vida de Canadá, sostiene que la política «inevitablemente devalúa a las personas con pérdida de memoria y a quienes pueden ser incapaces de dar su consentimiento por diferentes razones, como una discapacidad particular».
«La antropología subyacente que promueve un régimen de solicitudes anticipadas para morir implica que la persona pierde valor con la pérdida de memoria y cognición», señaló Achtman. «Esta es una visión deshumanizadora».
Achtman, quien también dirige la organización sin fines de lucro Dying to Meet You, destacó que los criterios ampliados en Quebec son en realidad ilegales según el código penal nacional, pero «es poco probable que el gobierno federal procese estos delitos en Quebec por consideraciones políticas», afirmó.
La eutanasia ya estaba disponible en un contexto limitado para canadienses con demencia, explicó Achtman. Casi 1 de cada 10 canadienses que recibieron MAID en 2022 sufría de demencia; pudieron obtener el procedimiento bajo una exención de consentimiento más restringida.
Los nuevos «criterios ampliados» en Quebec —y la probable falta de enjuiciamiento por parte del gobierno— «muestran cómo Quebec puede traspasar los límites de la ley en asuntos de vida y muerte sin repercusiones», agregó Achtman.
El suicidio asistido en Canadá ha ganado popularidad desde que fue legalizado en 2016.
Estadísticas gubernamentales de 2022 indicaron que el MAID fue la sexta causa de muerte en Canadá, con 13,241 «provisiones de MAID» reportadas ese año, representando el 4.1 % de todas las muertes en el país.
Activistas han presionado regularmente para expandir el MAID. Un grupo de defensores de la eutanasia demandó al gobierno federal en agosto para permitir el suicidio asistido por médicos a quienes padecen enfermedades mentales.
A principios de año, el gobierno suspendió una expansión planeada del programa que habría incluido a personas con enfermedades mentales, aunque afirmó que reconsiderará la política en tres años para permitir que las provincias «preparen sus sistemas de salud» para la expansión.
En marzo, un juez dictaminó que una mujer con autismo podría recibir la solicitud de morir mediante suicidio asistido, anulando los esfuerzos de su padre por detener el procedimiento mortal.
Achtman señaló que los defensores provida «deben restaurar una visión correcta de la persona humana, insistiendo en la dignidad inmutable de cada persona, sin importar qué».
Citó al Papa Francisco, quien describió la eutanasia como «un fracaso del amor» y «una manifestación de la cultura del descarte». Los defensores provida, afirmó, «tienen la responsabilidad de promover una visión alternativa positiva en la que cada ser humano sea valorado y pertenezca».
«Debemos ser profetas de esperanza», añadió, «que nunca se cansen de recordar que nuestra identidad y destino más profundos consisten en el potencial humano ilimitado de amar y ser amados, y que esto es inquebrantable».