(ACImena/InfoCatólica) En esa diócesis, que se encuentra en un distrito donde algunas aldeas han sido bombardeadas de manera intermitente, se desarrolla una actividad que rompe el ruido de la violencia. Esta actividad se manifiesta en una serie de eventos que no se han pospuesto pese a las circunstancias.
Desde diversas parroquias y comunidades de la diócesis, los jóvenes se reunieron alrededor del Santísimo Sacramento en el jardín de Antouch San Juan-Marcos, en Jbeil. Jóvenes hombres y mujeres participaron en una vigilia de oración por la paz en los corazones y en el Líbano, organizada por el Comité Pastoral de la Juventud de la diócesis.
El comité escribió en sus plataformas:
«Nos reunimos, rezamos, meditamos y cantamos junto a Gabriel Sassy, Tony Saad y Angelina Abi Ramia, acompañados por Roland Khoury en el órgano y Thomas Nader en la percusión, en un ambiente lleno de amor, fe y confianza filial, porque la paz del Señor brota del corazón, pese a la guerra, y en medio de crisis y desafíos múltiples».
En otra actividad, los sacerdotes de la diócesis se congregaron con su obispo, Mons. Michel Aoun, en su encuentro mensual en la Iglesia de San Zacarias en Amchit. El encuentro comenzó con una oración matutina, seguida de una intervención de Mons. Guy-Paul Njeim sobre los nuevos santos, los mártires Massabki. Luego, el Comité Juvenil de Jbeil presentó sus actividades a los sacerdotes para determinar cómo colaborar en la misión con los jóvenes. Mons. Aoun dio orientaciones generales y administrativas sobre distintos aspectos de la vida sacerdotal. La reunión concluyó con la oración del Ángelus.
En cuanto a su mensaje, el domingo pasado, Mons. Aoun pronunció unas palabras significativas en su homilía:
«Lo que estamos viviendo debe afianzar aún más nuestro amor por la patria y llevarnos a vivir la solidaridad con todos sus hijos, no solo entre nosotros como cristianos. Cuando termine esta prueba, debemos trabajar juntos para construir un país fuerte, protegido por su ejército, sin milicias ni armas fuera del control del Estado; una patria sólida, fortalecida por su ejército y por la unidad de sus ciudadanos alrededor del mismo».
El obispo invitó a todos a «rezar por nuestro país, Líbano, para que salga victorioso y unido de esta prueba».