(Fides/InfoCatólica) En medio de un nuevo período de tribulación para el País de los Cedros, las diversas comunidades confesionales del Líbano han dejado de lado sus desconfianzas y controversias para unirse en un acto de solidaridad recíproca. La cumbre en Bkerké ha contado con la presencia de representantes de todas las confesiones religiosas del país. Entre los asistentes destacan el Patriarca greco-ortodoxo de Antioquía, Yohanna X Yazigi; el jeque druso Akl Sami Abi el-Mona; el muftí de la República, Abdul Latif Daryan; el vicepresidente del Consejo Islámico Superior chií, Ali el-Khatib; el presidente del Consejo Islámico alauita, Ali Qaddour; y el presidente del Sínodo Supremo de la Comunidad Evangélica del Líbano y Siria, Joseph Kassab. Asimismo, ha participado el Arzobispo Paolo Borgia, Nuncio Apostólico en el Líbano.
Los participantes en la cumbre -informa el comunicado final del encuentro- han debatido largamente «la bárbara y brutal agresión que Israel ha llevado y lleva a cabo contra Líbano, ignorando los tratados y leyes internacionales, en particular la Carta de Derechos Humanos, las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad de la ONU y sus resoluciones, persistiendo en el uso de la violencia, la destrucción, la matanza, el genocidio y la demolición de estructuras, instituciones y viviendas sobre sus habitantes, todo ello después de haber destruido completamente Gaza, matando a niños, mujeres y discapacitados, y destruyendo hospitales, mezquitas e iglesias».
Líderes y representantes cristianos y musulmanes han expresado conjuntamente sus condolencias por «los mártires de la Patria que han sacrificado sus vidas en defensa del Líbano, y por las víctimas inocentes entre la población civil, mujeres, niños, discapacitados y ancianos», pidiendo «a Dios Todopoderoso que cure a los heridos y les conceda una pronta recuperación».
La «bárbara agresión israelí contra el Líbano», subraya el comunicado final de la cumbre, «afecta a todo el Líbano y socava la dignidad y el orgullo de todos los libaneses», que «gracias a su unidad» son capaces de «resistir y repeler al enemigo»: las soluciones para el Líbano insisten los líderes de las comunidades de creyentes libanesas «no pueden y no deben ser otras que soluciones nacionales inclusivas basadas en la adhesión a la Constitución libanesa, el Acuerdo de Taif, la autoridad única del Estado libanés, su libre decisión y su papel responsable en la protección del país, y la soberanía nacional».
La segunda parte del comunicado recoge en 9 puntos las peticiones, exhortaciones y deseos compartidos por los líderes religiosos libaneses, que en primer lugar piden al «Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que se reúna inmediatamente y sin demora para tomar la decisión de imponer un alto el fuego y detener esta masacre humanitaria perpetrada contra el Líbano».
Se insta a los ciudadanos libaneses a dejar a un lado los enfrentamientos y las disputas, porque éste «no es el momento de discusiones estériles», sino de aceptar sacrificios y unirse «para salvar al Líbano».
Se hace un nuevo llamamiento para salir de la parálisis político-institucional favoreciendo «la elección inmediata por la Cámara de Representantes de un Presidente de la República que goce de la confianza de todos los libaneses», en el «espíritu del Pacto Nacional». Se recuerda la urgencia de reforzar las capacidades de defensa del ejército libanés. Se agradece al pueblo la generosa acogida ofrecida a los desplazados, al tiempo que se da las gracias «a los países hermanos árabes y a los países amigos por sus amables iniciativas hacia el Líbano y por su apoyo político y su ayuda material, médica y en alimentos».
También se agradece a los contingentes militares de las Naciones Unidas (Unifil) que operan en el sur del Líbano «los esfuerzos y sacrificios que están realizando para salvaguardar las fronteras meridionales del Líbano y a la población de esa región», valorando «su compromiso de permanecer en sus puestos a pesar del injustificado acoso israelí y de las advertencias dirigidas a aniquilar a todos los testigos de las brutales masacres que están cometiendo contra nuestra patria». Por último, reiteraron que «la cuestión central en torno a la cual giran la mayoría de los asuntos de la región árabe es la justa causa palestina».
En la conclusión de su mensaje compartido, los líderes religiosos libaneses (cristianos, musulmanes, drusos) piden conjuntamente a «Dios, el Dios de la paz, que nos bendiga con una paz justa, duradera y global y que nos convierta en pacificadores». Ruegan al Todopoderoso «que proteja al Líbano y a los libaneses de todo mal y que conceda a nuestro pueblo la capacidad y la esperanza de resistir a esta catástrofe».