(InfoCatólica) En su alocución, el Papa centró su mensaje en el pasaje del Evangelio según San Marcos (10,17-30), que narra la historia de un hombre rico que, a pesar de su entusiasmo inicial por seguir a Jesús, se marcha triste al no poder renunciar a sus posesiones. El Pontífice subrayó la importancia de arriesgarse a amar y compartir con los demás, instando a los fieles a preguntarse: «¿A qué está apegado nuestro corazón?».
Y añadió:
«La verdadera riqueza es ser mirados con amor por el Señor -esta es una gran riqueza-, y, como hace Jesús con aquel hombre, amarnos entre nosotros haciendo de nuestra vida un don para los demás»
Tras el Ángelus, el Pontífice expresó su profunda preocupación por los conflictos en Oriente Medio, pidiendo un alto el fuego inmediato en Palestina, Israel y Líbano. Recordó a las víctimas y rehenes, y pidió respeto a las fuerzas de paz de la ONU en la región. «La guerra es una derrota para todos, especialmente para quien se cree invencible», afirmó.
El Santo Padre también se refirió a la situación en Ucrania, pidiendo que no se deje morir de frío a la población civil, y en Haití, donde la violencia continúa forzando a miles de personas a huir de sus hogares. Concluyó su intervención llamando a la comunidad internacional a trabajar por la paz y la reconciliación en estas naciones.