(Portaluz/InfoCatólica) El padre Dariusz Brylak, párroco de la iglesia de Pleszew, una pequeña localidad de Polonia, organizó recientemente el entierro de cinco niños no nacidos cuyos cuerpos no fueron reclamados por sus padres en el hospital local. En una entrevista concedida a misyjne.pl, Brylak explicó que, aunque se trataba de una iniciativa personal y no de la parroquia, decidió hacer pública la ceremonia para crear conciencia social sobre la dignidad del trato a los no nacidos. «Lo hice deliberadamente para que la gente hablara de ello y enviar el mensaje de que se puede y se debe hacer», afirmó el sacerdote, subrayando la necesidad de que estos casos no pasen desapercibidos.
El sacerdote relató cómo se enteró de la existencia de estos cuerpos a través de personas cercanas al hospital de Pleszew. Algunos miembros de la comunidad, enfrentados a un conflicto de conciencia sobre qué hacer con los cuerpos no reclamados, acudieron al padre Brylak para pedirle orientación. El sacerdote no dudó en asumir la responsabilidad de organizar el entierro, pues considera que enterrar a los muertos es «un deber humano» que trasciende cualquier otro aspecto. «Los cuerpos de estos niños estaban en una especie de limbo, y eso no debería ocurrir», comentó Brylak.
La falta de procedimientos claros sobre cómo actuar en estos casos en Pleszew llevó al párroco a tomar la iniciativa por su cuenta. Aunque en algunas ciudades polacas, como Cracovia, existen pautas bien establecidas y sacerdotes encargados específicamente de estos casos, Brylak explicó que en su localidad no existen normativas oficiales al respecto. «No soy abogado, pero actúo desde la empatía y el sentido común. En otros casos, como el de personas sin familia o sin identidad, sí existen procedimientos claros para los entierros, pero en lo que respecta a los niños no nacidos, todavía no hay una normativa definida en nuestra región», explicó.
El padre Brylak organizó un entierro en el que se emplearon pequeños ataúdes de madera para los niños, siguiendo las tradiciones funerarias de la cultura local. «Estamos hablando de seres humanos», destacó el sacerdote, quien criticó duramente las posturas que consideran a los fetos como simples «conjuntos de células». «No se trata solo de un asunto religioso, sino de biología. Si estas criaturas hubieran tenido la oportunidad de desarrollarse, serían personas como cualquiera de nosotros. Merecen el mismo respeto desde el principio hasta el final», añadió.
La ceremonia, aunque fue promovida por el propio Brylak de manera personal, contó con la presencia de religiosas y numerosos feligreses de la parroquia. El sacerdote anunció el acto públicamente en la iglesia y explicó que no quería que la ceremonia se realizara en silencio o de manera oculta. «Es un acto que debe tener un impacto social. Algunos pueden criticarme por buscar atención, pero lo cierto es que estos entierros deben recordarnos nuestra responsabilidad como seres humanos», afirmó. El entierro despertó diferentes reacciones entre quienes asistieron, y Brylak aseguró que el verdadero impacto se dará con el tiempo, cuando las personas reflexionen sobre el significado de lo que presenciaron.
Después de la ceremonia, algunas personas de la comunidad se acercaron al sacerdote para hablar sobre temas relacionados con la pérdida de un hijo no nacido. «He estado en Pleszew durante aproximadamente un año y puedo decir con orgullo que entre la comunidad y yo se ha establecido una relación de confianza», comentó Brylak. Mencionó que varias personas, tras el entierro, han compartido con él sus temores sobre embarazos problemáticos y posibles pérdidas, buscando consuelo y guía. «El simple hecho de que algunas personas se hayan acercado a mí para hablar de ello demuestra el impacto que tuvo el entierro», señaló.
El padre Brylak explicó que decidió hacer público el entierro también con la intención de mostrar a otras personas que no están solas ante estas situaciones difíciles. «Hace años, habría hecho esto en silencio, sin buscar atención. Pero hoy en día necesitamos hablar de estas cosas. Quería mostrar que hay una alternativa, que es posible enterrar a estos niños y que debemos reflexionar sobre cómo tratamos a los más vulnerables», afirmó. La decisión de publicitar el acto también respondió a su deseo de iniciar un debate sobre la regulación de estos casos en Polonia.
En este sentido, Brylak informó que en su parroquia están trabajando en la creación de un manual informativo que ayude a las familias que enfrentan la pérdida de un hijo no nacido. Este documento, que será presentado el 15 de octubre con motivo del Día Internacional del Niño Perdido, incluirá detalles sobre los procedimientos a seguir, así como orientaciones sobre a quién acudir y qué pasos tomar. «Queremos asegurarnos de que quienes pasan por este dolor tengan toda la información que necesitan para tomar decisiones, ya sea en el hospital o en la comunidad», explicó.
El sacerdote también lamentó que, en muchos casos, los médicos no informen adecuadamente a los padres sobre la posibilidad de enterrar a sus hijos no nacidos, un problema que, según él, debe resolverse de manera urgente. «Este tipo de guías deberían estar disponibles en todos los lugares donde alguien pueda necesitarlas, desde los hospitales hasta las iglesias», opinó. A pesar de la difusión de la información, Brylak es consciente de que la sobrecarga informativa y la desconexión emocional que caracteriza a la sociedad actual puede hacer que estos recursos pasen desapercibidos en momentos de crisis. «Es crucial que haya personas dispuestas a ayudar y guiar a las familias en esos momentos», subrayó.
Finalmente, el padre Dariusz Brylak reflexionó sobre el estado de la sociedad actual y las dificultades para hablar abiertamente sobre temas como el aborto, la pérdida de un hijo no nacido o el duelo. Según él, estos temas han sido absorbidos por el debate político y las emociones polarizadas, lo que dificulta un enfoque humano y compasivo. «Hablamos de cuestiones básicas de biología, no solo de religión. Estos temas deben ser abordados por todos los que trabajan con personas, no solo por los sacerdotes», concluyó.
La iniciativa del padre Brylak ha suscitado diversas reacciones, tanto de apoyo como de crítica, pero ha logrado abrir un debate necesario sobre la dignidad y el respeto hacia los más vulnerables, los niños no nacidos, y sobre cómo la sociedad debe abordar estas situaciones de forma ética y compasiva.
Entrevista al P. Nrylak en Portaluz