(Aica/InfoCatólica) El encuentro con los periodistas tuvo lugar en la Sala de Prensa de la Santa Sede, con la participación de los secretarios especiales de la asamblea, el sacerdote jesuita Giacomo Costa, y monseñor Riccardo Battocchio; los presidentes delegados del Sínodo, la hermana María de los Dolores Palencia Gómez (religiosa mexicana de la Congregación de las Hermanas de San José) y monseñor Daniel Ernest Flores (obispo de Brownsville, Texas); y el prefecto del Dicasterio para la Comunicación y presidente de la Comisión de Información del Tribunal, Paolo Ruffini.
Sobre la cuestión de la ordenación diaconal de las mujeres, el padre Costa se refirió a las declaraciones del cardenal Víctor Fernández. «Me parece que el prefecto mostró claramente la perspectiva, al decir que aún no es el momento de tomar una decisión», afirmó el sacerdote jesuita, y agregó: «Es necesario profundizar más el asunto». El prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe había manifestado que el Papa Francisco no creía que hubiera llegado el momento de tomar una decisión sobre el diaconado de las mujeres.
La sesión informativa en el Vaticano dio detalles de la reunión, que tuvo lugar a puerta cerrada en la sala de audiencias del Vaticano esa mañana. Los 356 miembros del Sínodo presentes hablaron sobre el primer capítulo del documento de trabajo (el llamado Instrumentum Laboris).
Los grupos de estudio: «laboratorios de vida sinodal»
El padre Costa habló, en particular, de los diez grupos de estudio en los que se discuten con mayor profundidad temas individuales, como el celibato, fuera de la asamblea sinodal. Sin embargo, no se debe imaginar a esos grupos como «completamente separados de la asamblea sinodal»: son parte de la dinámica sinodal y su trabajo se halla entrelazado con el de la asamblea. Costa, de hecho, llamó a los grupos de estudio «laboratorios de vida sinodal», que tienen como objetivo garantizar que el trabajo y la reflexión sinodales continuaran más allá de la conclusión del Sínodo.
Por su parte, el secretario general del Sínodo, cardenal Mario Grech, llamó este jueves a la asamblea sinodal a apoyar el trabajo de los grupos de estudio. Además, todo católico, incluidos los laicos, puede enviar reflexiones y sugerencias a los diez grupos, a través de la Secretaría del Sínodo, antes de junio de 2025. Esto se relaciona con el método de encuesta que el Papa Francisco utilizó repetidamente en los sínodos de obispos, desde que asumió el cargo en 2013.
El documento final debería «sugerir orientaciones al Papa»
Según el padre Costa, el hecho de que algunos temas espinosos hayan sido subdirigidos a grupos de estudio por instrucciones del Papa no debería significar una restricción a la libertad de pensamiento y de expresión en la asamblea sinodal. La asamblea ciertamente podría comentar sobre los temas tratados en los grupos de estudio. Esto también se aplica al documento final que la asamblea sinodal preparará hacia finales de octubre.
Según el padre Costa, ese documento final no pretende marcar el fin del sínodo mundial en sí mismo. Más bien, se trata de «proponer orientaciones al Papa». «Así que pasamos, desde la riqueza, no a la homogeneización, sino a la armonía; este es un término que el Papa usa a menudo», agregó.
Mayor visibilidad de los teólogos
En la sesión informativa del jueves, por su parte, el profesor de dogmática Riccardo Battocchio destacó la «mayor visibilidad» de los teólogos. La presencia de un teólogo está siempre asegurada en cada uno de los grupos lingüísticos.
Asimismo, monseñor Daniel Flores (obispo de Brownsville, Estados Unidos), explicó a los periodistas lo fructífero que, en su opinión, es el método sinodal. «No se trata de aceptar todo lo que dice la otra persona, sino de comprender su perspectiva. La perspectiva no es enemiga de la verdad; por eso tenemos cuatro Evangelios y no solo uno».
Ruffini: espiritualidad y oración
Por su parte el prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, recordó cómo «la espiritualidad y la oración» ocupan un espacio muy importante en el aula y cómo «la situación mundial está bien presente en la mente y en el corazón de todos los miembros y participantes del Sínodo», sobre todo porque entre ellos se encuentran aquellos que provienen de países en guerra o en situación de sufrimiento. Esta mañana, en la apertura del encuentro, se rezó por la paz, recordó el prefecto, haciéndose eco de las palabras del Papa en el Ángelus del domingo pasado, cuando alentaba a «hacer todo lo posible para detener la violencia y abrir caminos de paz».
Monseñor Battocchio destacó la importancia del perdón, que surgió sobre todo durante la vigilia penitencial presidida por el Papa en San Pedro, el martes 1º de octubre: esa celebración, afirmó, indica «un estilo, una conciencia de lo que significa ser Iglesia», porque «el hermano pecador no es un extraño, sino alguien cuya carga debo llevar, para implementar el camino de conversión en el que todos estamos involucrados».
«Somos Iglesia en la medida en que somos alcanzados por la misericordia de Dios», afirmó el secretario especial, que posteriormente exploró el papel de los teólogos dentro de la asamblea. Monseñor Battocchio, agradeciendo su «preciosa» contribución, subrayó su tarea de «escuchar atentamente, con “inteligencia teológica”, lo que surgirá del debate en la sala. Su importancia también se destaca por el hecho de que sus mesas de trabajo están ubicadas de manera más central este año, en comparación con 2023.
Pasos adelante para las mujeres
La hermana Palencia Gómez, a su vez, habló de «gran libertad y mucha ilusión», explicando cómo la Asamblea permite a sus participantes caminar juntos, «teniendo en cuenta la realidad de este mundo, que es extrema, pero que debe ser observada con la mirada de Dios». Luego, ante las preguntas de los periodistas sobre el papel de la mujer en la Iglesia, la religiosa destacó los frutos ya presentes en diferentes contextos y continentes. De su experiencia en América Latina, en particular, pudo deducir que se dieron pasos adelante en ese sentido, hasta el punto de que «el papel de la mujer, sus dones, sus contribuciones, son cada vez más reconocidos en una Iglesia sinodal». La hermana Dolores también subrayó la posibilidad de «abrirse a nuevas experiencias, a nuevas propuestas, para descubrir y profundizar aún más en el rol femenino».
Monseñor Flores: el silencio como estilo sinodal
La palabra pasó luego a monseñor Flores, quien afirmó cómo, desde la primera sesión sinodal de 2023, muchas cosas han madurado, porque «la vida de la Iglesia avanzó, entonces no estamos en el mismo punto que el año pasado. Como los árboles, “crecemos de noche”, es decir, el crecimiento sólo se ve más tarde». En su discurso, el prelado también destacó la importancia del silencio -tema analizado en la meditación celebrada el 1º de octubre por la hermana María Ignazia Angelini-, no como algo vacío, sino como algo pleno de donde emerge la Palabra. «Es parte fundamental del estilo sinodal, porque nos permite la comprensión espiritual del mundo que se nos manifiesta», explicó al respecto el prelado.
Finalmente, analizando las dos iniciativas por la paz anunciadas por el Papa para los días 6 y 7 de octubre -el rezo del Rosario en Santa María la Mayor y la Jornada de Ayuno y Oración, respectivamente-, los expositores recordaron que todos los participantes en la Asamblea están invitados al Rosario del domingo, y que el lunes se vivirá la continuación normal de los trabajos, en un contexto de oración y sobriedad.+