(CH/InfoCatólica) En su mensaje, el obispo Davies fue contundente al señalar que este tipo de mensajes tienen una raíz profundamente negativa: «Hoy en día se dice diabólicamente a no pocos jóvenes que una vida entregada por amor a Cristo es una vida perdida». Asimismo, denunció que esta visión afecta tanto a quienes sienten el llamado a la vida sacerdotal o consagrada como a quienes deciden formar una familia cristiana a través del matrimonio, al ser convencidos de que están «perdiendo su libertad».
Para el obispo, este engaño tiene graves consecuencias para el desarrollo personal y espiritual de los jóvenes. «Sabemos que una vida humana solo se desperdicia cuando fallamos en descubrir el Amor para el cual fuimos creados», afirmó Davies. Citando al Papa Benedicto XVI, advirtió que «quien quiera eliminar el amor está preparando la eliminación del hombre», subrayando que la humanidad no puede vivir sin amor, especialmente sin el amor divino. En esta línea, el prelado recordó las palabras del Papa Francisco, quien ha señalado que la única tragedia real en la vida de una persona es no alcanzar la santidad, es decir, «no llegar a la perfección del amor».
El mensaje del obispo Davies se enmarcó en una misa celebrada en una iglesia abarrotada por fieles, atraídos por la presencia de una reliquia del Beato Carlo Acutis, un joven italiano que será canonizado en 2025. Sin embargo, el centro de la homilía fue el llamado a que todos los fieles, especialmente los jóvenes, consideren su vida desde una perspectiva de servicio y entrega, sin ceder a las tentaciones de la cultura contemporánea que promueve una visión de la vida centrada en el individualismo.
La crisis de vocaciones y el valor del compromiso
La homilía del obispo Davies tiene lugar en un contexto de creciente preocupación en la Iglesia Católica por la disminución de vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada, así como por el creciente número de jóvenes que postergan o evitan el matrimonio. En este sentido, el prelado hizo hincapié en que muchos jóvenes hoy en día son persuadidos por una cultura que exalta la libertad individual sobre los compromisos permanentes. «Se les dice que comprometerse en el matrimonio o en la vida consagrada significa perder su libertad, cuando en realidad solo en el amor pleno y comprometido se encuentra la verdadera libertad», añadió.
La misa celebrada en la iglesia de San Antonio formó parte de una peregrinación de cuatro días en torno a la reliquia del corazón del Beato Carlo Acutis, y ha atraído a miles de fieles. Según estimaciones de la diócesis, más de 5.000 personas participarán en la veneración de la reliquia durante este tiempo. Este evento ha provocado una notable respuesta de los fieles en cuanto a la confesión, con cientos de personas acercándose al sacramento, algunas de ellas tras décadas de no hacerlo.
El obispo Davies vinculó esta respuesta al testimonio de vida que representa la santidad, destacando que la vida no se mide por los éxitos terrenales o por la búsqueda de una libertad sin compromiso, sino por la capacidad de amar plenamente y entregarse a los demás. «Nuestras vidas están verdaderamente desperdiciadas si tú y yo fallamos en esforzarnos por este mismo objetivo en el tiempo que se nos ha dado», afirmó, recordando el llamado universal a la santidad que la Iglesia propone para todos los cristianos.
La respuesta de la Iglesia ante los desafíos contemporáneos
El mensaje del obispo Davies resuena en un momento en el que la Iglesia Católica busca respuestas ante una sociedad que pone en cuestión los valores tradicionales y la importancia de los compromisos vocacionales. El llamado a la santidad y al compromiso con la vida consagrada o el matrimonio no es simplemente una opción más en la vida cristiana, sino que, según Davies, es el camino que lleva a descubrir el sentido más profundo de la existencia.
En este sentido, el obispo subrayó que la vida cristiana es una vida de entrega, en la que el amor, tanto en el matrimonio como en la vida religiosa, debe ser entendido como una respuesta al llamado de Dios. La vocación no se trata solo de una elección personal, sino de una respuesta a la invitación divina de vivir plenamente el amor.
La homilía finalizó con una invitación a los jóvenes a reconsiderar sus prioridades y a no dejarse llevar por las falsas promesas de una libertad sin compromiso. El obispo Davies recordó que, como católicos, el objetivo último de la vida no es otro que alcanzar la santidad y vivir en el amor de Cristo, ya sea en el matrimonio, en la vida sacerdotal o consagrada.