(InfoCatólica) Milei comenzó su intervención con un mensaje directo:
«No soy político, soy un economista liberal libertario que jamás tuvo la ambición de hacer política y que fue honrado con el cargo de presidente de la República Argentina frente al fracaso estrepitoso de más de un siglo de políticas colectivistas que destruyeron nuestro país».
El mandatario expresó su respeto por los logros históricos de Naciones Unidas, especialmente en sus primeras décadas, al destacar que, tras la Segunda Guerra Mundial, la ONU logró consolidar el período más largo de paz global y facilitó el crecimiento económico. Sin embargo, lamentó que la organización ha perdido el rumbo que marcaban sus principios fundacionales:
«En algún momento, la organización dejó de velar por los principios esbozados en su acta fundante y comenzó a mutar en un leviatán de múltiples tentáculos que pretende decidir no solo qué debe hacer cada Estado-nación, sino también cómo deben vivir todos los ciudadanos del mundo».
El centro de su crítica fue la Agenda 2030, un plan global impulsado por Naciones Unidas con el pretendido fin de abordar problemas como la pobreza, la desigualdad y la crisis climática. Milei rechazó frontalmente la manera en que se está llevando a cabo esta iniciativa, calificándola de «un programa supranacional de corte socialista» que atenta contra la libertad y la soberanía de los Estados. En sus palabras, la Agenda 2030 «no es otra cosa que un programa de gobierno supranacional de corte socialista que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados-nación y violentan el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de las personas».
Milei argumentó que, lejos de resolver los problemas que busca abordar, la Agenda 2030 agrava las desigualdades y la pobreza. «La historia del mundo demuestra que la única manera de garantizar la prosperidad es limitando el poder del monarca, garantizando la igualdad ante la ley y defendiendo el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de los individuos». A su juicio, la ONU se ha desviado de su propósito original, y la adopción de esta agenda ha sido una de las principales causas de dicho desvío.
El presidente argentino también criticó el impacto de las políticas promovidas por Naciones Unidas en la autonomía económica de los países. Señaló que «en el plano económico, se han promovido políticas colectivistas que atentan contra el crecimiento económico, violentan los derechos de propiedad y entorpecen el proceso económico natural». Milei destacó lo que, según él, es una doble moral de los países desarrollados, que impulsan regulaciones que impiden a las naciones más pobres aprovechar sus propios recursos para salir adelante, mientras ellos se desarrollaron sin cumplir esas mismas normativas.
La crítica de Milei no se limitó a la Agenda 2030, sino que también se extendió al reciente Pacto del Futuro, firmado en Nueva York como parte de la Cumbre del Futuro, donde se definieron compromisos internacionales relacionados con la gobernanza global y el desarrollo sostenible. «Lo que se debatió esta semana aquí en Nueva York en la Cumbre del Futuro no es otra cosa que la profundización de ese rumbo trágico que esta institución ha adoptado. La profundización de un modelo que, en palabras del propio secretario general de Naciones Unidas, exige definir un nuevo contrato social a escala global, redoblando los compromisos de la Agenda 2030».
Milei declaró que Argentina no apoyará dicho pacto ni las políticas que implique:
«La Argentina no acompañará ninguna política que implique la restricción de las libertades individuales, del comercio ni la violación de los derechos naturales de los individuos, no importa quién la promueva y cuánto consenso tenga esa institución».
Además, señaló que el sistema de gobernanza supranacional que impulsa Naciones Unidas ha perdido credibilidad entre los ciudadanos del mundo. Criticó duramente el rol de organismos internacionales como el Foro Económico Mundial, al que acusó de promover políticas que dañan principalmente a los países pobres y sostuvo que las políticas impulsadas durante la pandemia de COVID-19, como las cuarentenas, fueron una violación de las libertades individuales, calificándolas de «delito de lesa humanidad».
Milei también reprochó a la ONU por incluir en sus órganos a «dictaduras sangrientas» como Cuba y Venezuela, lo que, según él, es una contradicción frente a los principios de derechos humanos que la organización dice defender. Al mismo tiempo defendió la postura de Israel en el conflicto de Oriente Medio.
En la parte final de su intervención, Milei reiteró su rechazo a la Agenda 2030 y anunció un cambio en la postura de Argentina en el ámbito internacional. «La República Argentina va a abandonar la posición de neutralidad histórica que nos caracterizó y va a estar a la vanguardia de la lucha en defensa de la libertad». Asimismo, hizo un llamado a otros países a unirse en la creación de una nueva agenda internacional basada en la libertad.
«Invitamos a todas las naciones del mundo libre a que nos acompañen no solo en el disenso de este pacto, sino en la creación de una nueva agenda para esta noble institución: la agenda de la libertad».
El discurso de Milei culminó la reafirmación de su compromiso con los valores libertarios:
«A partir de este día, sepan que la República Argentina va a estar a la vanguardia de la lucha en defensa de la libertad».