El Papa pidió la liberación de Aung San Suu Kyi, encarcelada tras el golpe de estado en Myanmar
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Su propia familia no sabe exactamente dónde se encuentra

El Papa pidió la liberación de Aung San Suu Kyi, encarcelada tras el golpe de estado en Myanmar

El papa Francisco solicitó la liberación de la líder democrática de Myanmar, Aung San Suu Kyi, encarcelada tras el golpe militar de 2021. En una conversación con jesuitas en Yakarta, destacó su simbolismo político y pidió paz y respeto a los derechos humanos en el país. Además, ofreció el Vaticano como posible refugio para ella.

(Asia News/InfoCatólica) El Papa Francisco ha pedido la liberación de la líder democrática de Myanmar, Aung San Suu Kyi, detenida durante el golpe de Estado perpetrado por el ejército en febrero de 2021. «Pedí la liberación de la señora Aung San Suu Kyi y recibí a su hijo en Roma. Ofrecí el Vaticano para recibirla en nuestro territorio», dijo el pontífice durante una conversación que mantuvo con hermanos jesuitas en Yakarta (Indonesia) durante su reciente viaje a Asia y Oceanía y recogida hoy por La civiltà cattolica.

«Estuve en Myanmar y allí hablé con la señora Aung San Suu Kyi, que fue primera ministra y ahora está en la cárcel», explicó el papa, en referencia al viaje realizado en diciembre de 2017, cuando la Liga Nacional para la Democracia estaba en el poder en el país del sudeste asiático. «Luego fui a visitar Bangladés, y allí me encontré con los rohingya que fueron expulsados», prosiguió más adelante el pontífice, hablando de la minoría de fe islámica perseguida por el ejército birmano.

Respondiendo a la pregunta de un hermano de Myanmar que pedía consejo sobre qué hacer después de tres años de conflicto civil, el Papa Francisco admitió que «no hay una respuesta universal a su pregunta», pero reiteró la necesidad de paz: «En Myanmar hoy no se puede permanecer en silencio: ¡hay que hacer algo! El futuro de tu país debe ser una paz basada en el respeto de la dignidad y los derechos de todos, en el respeto de un orden democrático que permita a todos aportar su contribución al bien común».

El golpe de Estado de la Junta Militar puso fin a una década de aperturas democráticas e inició un conflicto interno que, según estimaciones de la ONU, se cobra cada vez más víctimas civiles. Según el informe del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, entre abril de 2023 y junio de 2024, los asesinatos aumentaron un 50%. En el mismo periodo, al menos 9.000 personas fueron detenidas y supuestamente trasladadas a centros de entrenamiento militar.

Aung San Suu Kyi, de 79 años, Premio Nobel de la Paz en 1991, tras 15 años de cárcel por oponerse a la dictadura militar, fue elegida por primera vez en las elecciones parciales de 2012. Tres años después, su partido, la Liga Nacional para la Democracia, obtuvo una aplastante victoria en las que se consideran las primeras elecciones libres del país. Tras asumir el cargo de Consejera de Estado (se le había prohibido ser Presidenta), inició una serie de reformas democráticas. 

La situación política se precipitó a principios de 2021, cuando los militares acusaron a Aung San Suu Kyi de una serie de delitos ficticios por los que se enfrenta a 30 años de cárcel. A pesar de que en abril se informó que había sido puesta bajo arresto domiciliario, su propia familia no sabe exactamente dónde se encuentra. Se desconoce su estado de salud actual, después de que se le impidiera tener contacto con el mundo exterior, incluidos sus abogados.

«Ahora mismo la señora es un símbolo. Y los símbolos políticos hay que defenderlos», añadió el pontífice dirigiéndose a la joven jesuita birmana. «¿Te acuerdas de aquella monja arrodillada con las manos en alto frente a los militares? Dio la vuelta al mundo. Rezo por ustedes, jóvenes, para que sean valientes como ella. La Iglesia de su país es valiente».

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