(Asia News/InfoCatólica) Las explosiones simultáneas de los buscapersonas el pasado martes causaron al menos 12 muertos; al día siguiente, una segunda oleada de explosiones, esta vez con radiotransmisores y walkie-talkies, dejó 25 víctimas, según datos facilitados por el Ministerio de Salud libanés. La cifra total, aunque todavía provisional, asciende a 37 muertos y al menos 2.931 heridos en los dos días, algunos de los cuales se encuentran en estado grave.
En una nota oficial difundida, el patriarca maronita, Card. Beshara Raï, condenó con firmeza la«agresión israelí» y sobre todo el hecho de haber utilizado aparatos radiotransmisores «para matar indiscriminadamente». El cardenal condenó también la agresión en curso contra el pueblo palestino.
Psicosis generalizada
Por otra parte, la estrategia bélica israelí ha provocado una psicosis generalizada en la población respecto al uso de teléfonos móviles e incluso ordenadores, alimentada por mensajes anónimos que advierten a la gente tener cuidado con cierto tipo de textos de dudosa procedencia. «Yo ponía mi teléfono móvil en la mesilla de noche», cuenta a AsiaNews una mujer llamada Rima. Después de los ataques y explosiones de los últimos días, continúa, «lo dejo lejos y en el suelo, ni siquiera en la alfombra, para evitar un incendio en caso de explosión». Siguiendo una directiva de la Autoridad de Aviación Civil Libanesa, las aerolíneas también han prohibido a los pasajeros que salen del aeropuerto de Beirut llevar consigo buscapersonas y walkie-talkies, ya sea a bordo de los aviones o en el equipaje embarcado en la bodega, hasta nuevo aviso.
Denuncia ante la ONU
A nivel oficial, el jefe de la diplomacia libanesa, Abdallah Bou Habib, anunció la presentación de una nota de protesta ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En el plano político interno, el ataque y la posterior ola de solidaridad entre los libaneses no han borrado el profundo desacuerdo entre Hezbollah y los demás bloques políticos —que representan a cristianos y musulmanes sunitas— sobre la oportunidad de abrir un frente con Israel. En estos círculos la guerra se considera «inútil y arriesgada». Una posición que se relaciona sobre todo con el hecho de que la decisión de declararla sería tomada unilateralmente por el partido pro-Teherán y sin ningún consenso nacional o institucional, respondiendo sólo a la doctrina militar iraní de la «unidad de los frentes», que también incluye Irak y Yemen. Sin embargo, se pregunta el exdiputado Farès Souhaid: ¿la cúpula de Hezbollah «tiene derecho, como parece, a sacrificar al Líbano por esta unidad?», poniendo una vez más de manifiesto la convicción de que Beirut ya se encuentra «bajo ocupación iraní».