(LifeSiteNews/InfoCatólica) El padre Michał Olszewski, sacerdote católico polaco, se encuentra en prisión preventiva desde finales de marzo en relación con presuntas irregularidades en la obtención de dinero del Fondo de Justicia (Fundusz Sprawiedliwości) para la construcción de un centro para víctimas de delitos.
El Fondo de Justicia también está en el centro del caso relativo a la detención en Polonia de un miembro de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, que dio lugar a la intervención del presidente de la APCE, quien pidió la liberación inmediata del diputado Marcin Romanowski. El centro jurídico polaco Ordo Iuris, socialmente conservador, presentó un amicus curiae ante el tribunal de Varsovia.
Existe la creencia generalizada de que el encarcelamiento de Olszewski, que ha implicado presuntas torturas, forma parte de la persecución ilegal del actual gobierno polaco, de tendencia izquierdista, contra ciudadanos vinculados al anterior gobierno, más conservador.
«El gobierno ha prometido a sus votantes que exigirá responsabilidades al gobierno del PiS, especialmente en relación con el Fondo de Justicia. De este modo, el nuevo gobierno demuestra que pide cuentas a sus predecesores. Parece que el padre Olszewski puede ser víctima de este proceso, al igual que dos funcionarias del Ministerio de Justicia, que también llevan seis meses en la cárcel con él», ha declarado Krzysztof Wąsowski, abogado defensor de Olszewski y una de las dos funcionarias encarceladas por el mismo caso.
Según Ordo Iuris, las detenciones del sacerdote y de la funcionaria se produjeron poco después del cambio ilegal del Fiscal Nacional de Polonia por el Ministro de Justicia Adam Bodnar y el Primer Ministro Donald Tusk, y poco después de la creación de un equipo especial dentro de la Fiscalía Nacional para investigar cómo el anterior gobierno utilizó el Fondo de Justicia.
Wąsowski está indignado tanto por el trato dado al sacerdote como por la violación sin precedentes de la dignidad de su clienta. Dijo a Olivier Bault, de Ordo Iuris, que el procesamiento de Olszewski es «absolutamente extraño».
«Anteriormente, por supuesto, ha habido casos de sacerdotes encarcelados, pero por regla general se trataba de casos de mala conducta sexual, porque había algunos sacerdotes que simplemente traicionaban su misión», dijo Wąsowski a Bault. «Eso, a menos que nos remontemos a la época comunista».
«El padre Michał está enfermo de celiaquía y, por tanto, requiere una dieta específica», dijo, añadiendo que «fue torturado durante las primeras 60 horas después de su detención, desde su aprehensión el Martes Santo hasta el Jueves Santo, cuando fue formalmente arrestado, y esto es lo que el padre Michał recuerda hasta el día de hoy. Me tomé la libertad de hacer una comparación muy atrevida, que incluso al Primado Wyszyński, que es un símbolo de martirio para la fe, para la Iglesia durante la era estalinista en Polonia, se le permitió usar el baño de manera digna».
Inquietantemente, la Fiscalía, controlada por el gobierno, se ha visto influida por las acusaciones de que todo el Ministerio de Justicia, durante el mandato del gobierno pro-vida y amigo de la familia PiS, era una banda criminal.
«Estamos en el año 2024. Polonia lleva 20 años en la Unión Europea, desde el 1 de mayo de 2004. Antes, bajo los gobiernos de Derecha Unida encabezados por Ley y Justicia (PiS), nunca oímos hablar de tales prácticas», dijo Wąsowski sobre el trato abusivo que han recibido sus clientes.
A los ojos de la ley, esto no debería ser posible, pero en este caso, la Fiscalía ha presentado una nueva acusación basada en la alegación de que el antiguo Ministerio de Justicia era un grupo delictivo organizado, así como en la afirmación de que al solicitar subvenciones a este «grupo delictivo», el padre Olszewski se convirtió -probablemente sin darse cuenta- en miembro de un grupo delictivo o mafia.
Las implicaciones legales para cualquiera que trabaje para o con cualquier gobierno polaco son bastante serias, cree el abogado. «Esta es una señal muy peligrosa para los funcionarios, porque cualquier funcionario que quiera trabajar para el Estado, para la administración pública, dado lo que está ocurriendo hoy en Polonia, puede asumir que se está uniendo esencialmente a un grupo de delincuencia organizada, que puede ser tratado en consecuencia por el próximo gobierno», dijo Wąsowski.
Y continúa: «Y esto vale también para cualquiera que esté al frente de una organización no gubernamental que solicite subvenciones estatales de manera legal. También me gustaría añadir que, en el caso de este presunto grupo de delincuencia organizada, la fiscalía retrasó la presentación de cargos durante bastante tiempo. El primero en exigir públicamente cargos fue Donald Tusk, actual Primer Ministro del Gobierno polaco. Publicó un tuit en el portal X (antes Twitter) inmediatamente después de la detención del P. Olszewski, en el que exigía a la fiscalía que presentara esos cargos vinculados a la participación en un grupo criminal».
Según Olszewski, cuyo abogado hizo pública su carta, el trato que ha recibido incluye haber sido esposado sin motivo alguno en el momento de la detención, haber sido expuesto esposado al público mientras sus captores compraban perritos calientes, haber permanecido esposado durante horas, no habérsele permitido ponerse en contacto con un abogado, haber sido privado de comidas durante dos días, haber tenido un acceso limitado al agua y haber sido privado de instalaciones higiénicas.
La persecución del sacerdote puede ser parte integrante de una tendencia general del nuevo gobierno polaco a atacar el papel de la Iglesia católica en la vida polaca. A principios de esta semana, la Iglesia polaca publicó una carta de protesta titulada «Con cuidado por la patria», en la que enumeraba las formas en que el régimen actual está violando la conciencia de la nación. Según el sitio de noticias en lengua inglesa Notes from Poland, entre ellas figuran:
... el trato inadecuado a los detenidos, la introducción del «derecho» a matar a un ser humano al ampliar la posibilidad de practicar el aborto hasta el noveno mes de vida del niño, el alejamiento de los valores morales en muchos ámbitos de la vida social, la difusión del odio, el fomento de los antagonismos, la gestión de los conflictos en el espacio social, la marginación de la importancia de la religión, la privación del derecho a practicar la fe y la eliminación de los símbolos religiosos de la esfera pública.
El documento recordaba que el cristianismo siempre ha sido la base de la vida polaca: «Recordemos que Polonia es nuestra casa común, y la herencia cristiana ha sido su fundamento durante siglos».
Polonia remonta su «bautismo» al bautizo en 966 d.C. de Mieszko I, el primer líder de lo que se convertiría en la nación polaca.
