(InfoCatólica) El prelado dominicano recordó que «el Concilio Vaticano II nos ha indicado cómo la Eucaristía es fuente y culmen de la vida de fe, de la vida de la Iglesia. Fuente y culmen, lo que significa la prioridad de la Eucaristía. La Eucaristía es centro de nuestra vida, y por tanto, deberá ser siempre prioridad en todo nuestro quehacer»
Y lanzó esta exhortación:
«Esa centralidad de la Eucaristía en nuestro quehacer pastoral tenemos que manifestarla por todos los medios: en nuestras enseñanzas, en nuestras homilías, en todas las actividades pastorales. Debemos expresar esa centralidad de la Eucaristía».
Mons. Ozoria advirtió en contra de poner otras actividades por delante de la celebración de la Eucaristía:
«A veces enseñamos otra cosa con nuestro quehacer. Cuando priorizamos, por ejemplo, una actividad social, la priorizamos y le damos más importancia que a la Eucaristía, y así enseñamos al pueblo, enseñamos a nuestra gente, a los laicos, no con palabras, sino con hechos, que otras actividades son más importantes que la Eucaristía».
Y puso un ejemplo:
«En nuestros ambientes, por ejemplo, es muy frecuente que algún sacerdote o párroco, porque lo llamaron para alguna actividad, por buena que sea, deje la Eucaristía y mande a un diácono o a un ministro a presidir la celebración de la palabra, para ir a esa actividad, que seguro fue sorpresiva y no planificada. Pero estamos dando una lección: estamos enseñando que aquello es más importante que la celebración de la Eucaristía».
Es por ello que pidió un cambio:
«Con nuestra vida, nuestro comportamiento, nuestra manera de proceder, tenemos que enseñar que la Eucaristía es el centro de nuestra vida, que la Eucaristía es la prioridad número uno de nuestro quehacer pastoral».
El arzobispo de Santo Domingo concluyó reafirmando que sin Cristo, sin la Eucaristía, toda actividad es supérflua:
«Que en cada uno de nosotros, en cada comunidad, se dé la prioridad de la Eucaristía frente a muchísimas actividades. La evangelización, la pastoral social, todos los aspectos de la pastoral son muy importantes, pero debemos saber que todas esas actividades, toda esa acción pastoral, sin la Eucaristía, son vacías. Sin la Eucaristía como centro, son vacías, porque en la Eucaristía tenemos a Jesucristo, que es el centro de nuestro ser, porque Jesucristo se nos da como alimento en la Eucaristía, y no podemos desplazar a Jesucristo por ninguna otra acción».