(InfoCatólica) En su intervención, el prelado aprovechó la ocasión para lanzar una crítica clara hacia aquellos que, intentan «instrumentalizar» el mensaje de la Iglesia y mezclarlo con agendas políticas.
Sanz Montes señaló que algunas personas, tanto desde los medios de comunicación como desde el ámbito político, pretenden enseñarle a predicar o censurar sus palabras:
«Parece que no son suficientes mis dos licenciaturas y un doctorado para superar esta reválida de los que jalean en ruedas de prensa o en cartas abiertas».
El Arzobispo dejó claro que su púlpito «no tiene detrás unas siglas políticas», en alusión a quienes intentan vincular sus palabras con ideologías concretas. Insistió en que su mensaje se basa únicamente en la «Palabra de Dios y la tradición cristiana», y no en intereses partidistas.
Mons. Sanz Montes se mostró tajante:
«Aquí no hablamos de indultos, de cupos, de amnistías, de impuestos turísticos, ni de los bulos de los que quieren gobernarnos por bulerías. Hablamos de otras cosas».
El arzobispo defendió la vida en todas sus etapas, desde el no nacido hasta los ancianos, y expresó su apoyo a la familia tradicional formada por hombre y mujer. También lanzó una crítica a la «dictadura de género» y al feminismo que, según él, se aleja de la complementariedad entre hombres y mujeres:
«Bienaventurados los que amáis la igualdad entre hombre y mujer en su complementariedad diferenciada, sin el machismo prepotente que mata y sin el feminismo empoderado y excluyente que impone su dictadura de género»
La juventud en Covadonga
Más allá de sus reflexiones políticas y sociales, Sanz Montes dedicó gran parte de su homilía a alabar la presencia de jóvenes en el Santuario de Covadonga, quienes, según el Arzobispo, son una «ráfaga de aire puro y fresco». En los últimos meses, miles de jóvenes de toda España y Europa han peregrinado a este lugar sagrado, un hecho que el prelado consideró como una señal de esperanza en medio de tiempos convulsos. «No son mojigatos pacatos en sus reboticas acomplejadas, sino jóvenes de su tiempo que logran unir su edad desenfadada con la solidez de su testimonio frente a tantas frívolas parafernalias», afirmó, subrayando el impacto positivo que la juventud cristiana está teniendo en la sociedad.
El Arzobispo destacó la importancia de la peregrinación de los jóvenes a Covadonga no solo por su devoción religiosa, sino también como un símbolo del buen orden y respeto en contraste con otros eventos multitudinarios. «Ver a estos miles de jóvenes subir a Covadonga es una ráfaga del aire puro y fresco que nos llena de confianza», aseguró, comparando la limpieza y el orden que dejan a su paso con la suciedad que suelen generar otros tipos de concentraciones masivas.
Valores tradicionales
Sanz Montes también dedicó parte de su homilía a defender los valores tradicionales que considera bajo amenaza. Subrayó la necesidad de preservar las raíces cristianas y morales de Asturias y España ante los intentos de manipulación que, según él, intentan distorsionar estos valores:
«Bienaventurados los que amáis el legado recibido de nuestros mayores como una tradición de sabiduría y con inteligencia os prevenís contra toda reducción manipuladora con agendas tramposas que nos pervierten, colonizan y nos enfrentan con insidias debilitadoras».