(Kath/InfoCatólica) Después del ataque, en el que hubo varias víctimas mortales, la presidenta del Consejo de la Iglesia Evangélica en Alemania y el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, el obispo Georg Bätzing, publicaron la siguiente declaración:
«El atentado inhumano de Solingen nos deja sin palabras y nos conmociona profundamente. Como iglesias, lamentamos junto a los familiares de las víctimas y rezamos por los heridos y los fallecidos. Esta violencia descontrolada no tiene justificación alguna. El acto de Solingen nos hace mirar hacia un abismo de maldad, y nuestra compasión está con todos aquellos que lamentan la pérdida de vidas humanas. Nuestro respeto y agradecimiento van dirigidos a la policía, a los equipos de rescate y a los capellanes de emergencia que en este momento están al lado de las personas. Nadie debe sentirse solo ante estos asesinatos a sangre fría».
Kissler criticó que la EKD (Iglesia Evangélica de Alemania) y la DBK (Conferencia Episcopal Alemana) recurran a un «discurso de clichés»: «Esta violencia descontrolada no tiene justificación alguna». «¿Quién está justificando el atentado? ¿Por qué se proclaman obviedades como si fueran grandes descubrimientos?». En otro tuit, Kissler acusó a la DBK y a la EKD de minimizar el islamismo radical:
«Completamente desagradable: cómo las iglesias evangélicas y católicas que se financian con impuestos minimizan sistemáticamente el islamismo radical, o incluso le allanan el camino».
Atentado en Solingen
El atentado en Solingen ocurrió el 23 de agosto de 2024 durante un festival en la ciudad, donde un hombre de origen sirio perpetró un ataque con cuchillo que dejó tres muertos y ocho heridos. El atacante, que fue arrestado poco después, actuó motivado por convicciones islamistas radicales, según las investigaciones. El grupo Estado Islámico reivindicó la autoría del ataque, describiéndolo como una represalia por las acciones contra musulmanes en Palestina y otros lugares.