(BFM/LVdN/infoCatólica) «Tengo mucha emoción y no sé cómo expresarla. Tuve que evacuar a mi hijo con una sábana porque vio una lluvia de fuego, fue bastante impresionante», relata Angela al micrófono de BFMTV.
Una decena de vecinos no pudo regresar a sus hogares el lunes por la noche. Algunos feligreses destacaron su apego a este lugar de culto, como Jacqueline. «Hice todo en esta iglesia, fui bautizada, confirmada, hice mi primera comunión, me casé».
«Acababa de ser renovada, entonces, tengo ganas de llorar», lamenta Éric, en referencia a la restauración completa finalizada en 2018.
Un vecino dio la alarma
Sébastien, un vecino, cuenta haber dado la alarma alrededor de las 4 de la mañana. «Me despertaron unos ruidos extraños de crepitaciones, había llamas de dos o tres metros que salían de la sacristía. Entonces, llamé de inmediato a los servicios de emergencia, a los bomberos», relata a BFM Grand Littoral.
Gracias a la acción de 120 bomberos, el fuego fue controlado el lunes por la mañana, pero el campanario de la iglesia se derrumbó, precisó la prefectura a la AFP. Rodeada de vehículos de bomberos, la iglesia mostraba a mediodía el esqueleto metálico negro de su campanario.
🇫🇷🔥Así quedó la iglesia de Saint-Omer (norte de Francia) después del incendio. Fuente: alcaldía de Saint-Omer. https://t.co/H0JnzEubBJ pic.twitter.com/bo2muqpu4l
— Alejo Schapire⚡️ (@aschapire) September 2, 2024
Para el párroco, Sébastien Roussel, lo más importante fue haber podido salvar los elementos sagrados que se encontraban dentro del edificio. La prefectura indicó este lunes por la noche que «la unidad de salvaguardia de las obras fue activada» y «20 objetos de culto» pudieron ser recuperados y puestos a salvo.
«Se han recuperado las obras más importantes. Además, lo más importante, el Santísimo Sacramento, no fue afectado, lo recuperamos y pudimos trasladar al Señor a otra iglesia», precisó el párroco. Sin embargo, ha salido al paso de algunas noticias asegurando: «No soy un superhéroe».
Desde hace 24 horas, sitios religiosos, tanto francófonos como anglófonos, afirman que el abad Sébastien Roussel habría entrado en la iglesia en llamas para salvar, arriesgando su vida, el Santísimo Sacramento del tabernáculo. «La información incluso se ha difundido en Estados Unidos, pero la historia no es del todo exacta», explica humildemente el párroco. «Es cierto que pedí a los bomberos que pusieran a salvo el cuerpo de Cristo, pero no tomando todos los riesgos».