(Agencias/InfoCatólica) El jueves, tras meses de negarse a compartir su opinión sobre la enmienda y predecir que tendría éxito, Trump provocó indignación entre los defensores de la vida ya decepcionados cuando dijo a NBC News:
«Creo que seis semanas es demasiado corto, debe haber más tiempo», refiriéndose a la prohibición del aborto en el estado basada en el latido del corazón, y que él «iba a votar que necesitamos más de seis semanas».
Esa respuesta provocó una ola de declaraciones en las redes sociales y fue transmitida a activistas pro-vida por parte de defensores de la vida que ya no votarían ni trabajarían como voluntarios para Trump, lo que llevó a la campaña a emitir rápidamente un comunicado que decía:
«El presidente Trump aún no ha dicho cómo votará en la iniciativa de votación en Florida, simplemente reiteró que cree que seis semanas es demasiado corto».
Al día siguiente, en una entrevista con Fox News, Trump fue más claro al anunciar que votaría en contra de la enmienda, argumentando que permitir el aborto durante los nueve meses de embarazo es «una situación ridícula» e «inaceptable».
Esta enmienda, denominada oficialmente «Enmienda para Limitar la Interferencia Gubernamental con el Aborto», propone que «ninguna ley prohibirá, penalizará, retrasará o restringirá el aborto antes de la viabilidad o cuando sea necesario para proteger la salud de la paciente». Si se aprueba, permitiría el aborto sin restricciones antes de la viabilidad fetal y mantendría abiertas ciertas excepciones después de la viabilidad, si el proveedor de atención médica lo considera necesario para la salud de la paciente.
La enmienda ha sido objeto de un intenso debate en Florida, donde el movimiento pro-vida ha redoblado esfuerzos para oponerse a su aprobación. El gobernador del estado, Ron DeSantis, y el arzobispo de Miami, Thomas Wenski, han sido algunas de las voces más prominentes en esta oposición. Wenski, en nombre de los obispos católicos de Florida, anunció la inversión de más de un millón de dólares en campañas para concienciar a los votantes sobre los posibles impactos de la enmienda.
Según una encuesta reciente realizada por Mainstreet Research y Florida Atlantic University, el 56 % de los votantes en Florida apoyan la enmienda, una cifra que está ligeramente por debajo del 60 % necesario para que la medida sea aprobada en las urnas. Esta encuesta ha generado preocupación entre los grupos pro-vida, que ven en la enmienda una amenaza a las restricciones actuales sobre el aborto en el estado.
En respuesta a la confirmación de Trump de que votará en contra de la enmienda, líderes del movimiento pro-vida, como Lila Rose, presidenta del grupo Live Action, expresaron su agradecimiento y pidieron a los votantes de Florida que también rechacen la medida en la votación de noviembre.