(Fides/InfoCatólica) «Soy el gobernador de este estado y declaro hoy que tenemos que llevar a nuestros niños y niñas a la escuela para que disfruten de los beneficios de la educación. Solo así podremos promover la igualdad de género en nuestro estado», aseguró Biem.
«He informado a las comunidades de los siete condados de que deben informar de cualquier caso de matrimonio infantil o forzado a la sede estatal para su investigación dentro de las primeras 24 horas», añadió. La decisión del gobernador del Estado de Unity se tomó tras el brutal asesinato de una joven de 20 años asesinada a golpes por su padre por negarse a cumplir con el matrimonio forzado acordado por la familia. El matrimonio forzado de mujeres y jóvenes, incluso muy jóvenes, es una tragedia en Sudán del Sur. Los datos más recientes disponibles para 2010 muestran que el 52% de las niñas en Sudán del Sur están casadas antes de cumplir 18 años y el 9% están casadas antes de los 15 años.
Muchas familias obligan a sus hijas a casarse para conseguir una dote, incluso si son menores de 18 años. La inseguridad alimentaria que afecta al país ha agravado el problema. Así, muchas familias se ven obligadas a vender a sus hijas para poder alimentar a sus miembros. Solo el 6 por ciento de las niñas completan la escuela primaria, mientras que 1 de cada 5 abandona la escuela secundaria debido a embarazos precoces.
Lo que agrava la condición de las mujeres es el hecho de que la violencia sexual se utiliza contra mujeres y niñas como táctica de guerra. La violencia sexual relacionada con los conflictos civiles no se denuncia debido al estigma, el miedo a represalias y la falta de un sistema de justicia adecuado.
Sudán del Sur se adhirió a la Convención sobre los Derechos del Niño en 2015, que fija la edad mínima para contraer matrimonio en 18 años. También es signatario de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), que obliga a los estados a garantizar el libre y pleno consentimiento al matrimonio.