(ACIPrensa/InfoCatólica) Numerosas reliquias de Cristo llegaron a Roma gracias a Santa Elena, quien hizo estos hallazgos en Tierra Santa alrededor del año 326. Muchas de estas reliquias se conservan hoy en la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén, una de las iglesias más destacadas de la Ciudad Eterna. En esta basílica, una capilla especial está dedicada a Santa Elena, y su pavimento está cubierto con tierra traída desde Tierra Santa.
La «capilla de las reliquias», accesible a través de uno de los laterales de la iglesia, alberga, bajo una vitrina protectora, algunos de los objetos más venerados del catolicismo. Santa Elena, madre del emperador romano Constantino, descubrió estos valiosos elementos durante su viaje a Tierra Santa en el año 326.
La tradición cuenta que Santa Elena identificó el lugar del Calvario con la ayuda de los residentes de Jerusalén, quienes recordaban la ubicación exacta a pesar de los esfuerzos por construir un templo pagano en el área.
Durante sus investigaciones, Santa Elena encontró varias cruces en el Calvario, debido a la cantidad de personas que allí fueron ejecutadas. Para identificar la auténtica Cruz de Cristo, colocó una de las cruces junto a una mujer que estaba al borde de la muerte; cuando la mujer se recuperó, Santa Elena determinó cuál era la verdadera Cruz.
Actualmente, tres fragmentos de esta cruz auténtica se conservan en un relicario del siglo XIX en la capilla de la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén. En esta capilla también se encuentran dos espinas de la corona de Cristo y la tabla con la inscripción «Jesús Nazareno Rey de los Judíos», conocida como Titulus Crucis.
Además, un fragmento de la verdadera Cruz de Cristo está guardado en uno de los cuatro pilares de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, junto a una escultura de Santa Elena. La inscripción en este lugar confirma que la cruz fue trasladada desde Tierra Santa a Roma por Santa Elena, según la inscripción: «Partem Crucis, quam Helena Imperatrix è Calvario in Vrbem adduxit, Vrbanus VIII. Pont. Max è Sessoriana Basilica desumptam, additis ara, et Statua, hic in Vaticano collocauit».