(AsiaNews/InfoCatólica) Con motivo de la fiesta de la Asunción del 15 de agosto, las Iglesias de Oriente Medio están promoviendo, de Bagdad a Tierra Santa, numerosas iniciativas de oración por la paz, sumándose a los reiterados llamamientos del Papa Francisco, el último de los cuales fue ayer en el Ángelus, en el que habló incluso de las armas atómicas. La violencia desencadenada por la guerra en Gaza entre Israel y Hamás - que en 10 meses causó la muerte del 1,8% de la población original de la Franja - las tensiones con Irán y sus aliados, Hezbolá en el Líbano y los hutíes en Yemen, corren el riesgo de sumir la región en un conflicto global. Por eso el patriarca caldeo, el primado latino de Jerusalén y el Custodio de Tierra Santa han convocado una vez más a la oración.
En un mensaje informativo enviado a AsiaNews, el primado caldeo, Card. Louis Raphael Sako, señala que «debido a la preocupante situación» en Oriente Medio, el patriarcado «está organizando un encuentro de oración por la paz y la estabilidad». «Porque el restablecimiento de la paz es responsabilidad de cada persona y de cada país, están cordialmente invitados - sigue diciendo el comunicado - a unirse a nosotros en una oración a Dios Todopoderoso». Tenemos la esperanza - añade - de que «estos conflictos no se conviertan en una guerra regional» que terminaría siendo «desastrosa para todos». La celebración tendrá lugar la tarde del 14 de agosto en la catedral caldea de San José de Karrada, según la frase extraída del Evangelio de Mateo (5,9) «Bienaventurados los constructores de paz, porque serán llamados hijos de Dios».
Este fin de semana también llegó una invitación a la oración del Card. Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, que en su mensaje a los fieles de Tierra Santa señala que el odio, el rencor y el desprecio alimentan la violencia y alejan las posibles soluciones al conflicto. El cardenal expresó su profundo pesar por la «terrible guerra» que se desarrolla en la Franja y que ya ha causado un enorme sufrimiento. Y hoy, añade, «es cada vez más difícil imaginar la conclusión de este conflicto, cuyo impacto en la vida de nuestras poblaciones es el mayor y más doloroso de todos los tiempos». Además, es «cada vez más difícil encontrar personas e instituciones con las que sea posible dialogar sobre el futuro y las relaciones pacíficas» en un presente que parece «imbuido de tanta violencia y, ciertamente, también de la ira» que ahoga incluso la más mínima esperanza de diálogo.
Por eso el 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de María, se convierte en uno de esos días que pueden ser «importantes para hacer que evolucione el conflicto» recurriendo a la Virgen con la «oración de intercesión». Es un momento para compartir en «las parroquias, las comunidades religiosas contemplativas y apostólicas, e incluso los pocos peregrinos que se encuentran con nosotros, unidos en el deseo común de paz que encomendamos a la Virgen Santísima». «Lo único que podemos hacer es rezar», concluye el primado latino, al tiempo que invita a «ayudar y estar cerca de todos, especialmente de los más afectados», para que el mundo entero pueda ver «un rayo de luz».
Otro referente que convoca a la oración es el custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, quien hace pocos días había expresado a AsiaNews su preocupación por la tensa situación que se vive en la región, en un clima surrealista. Por este motivo convoca a los frailes de la Custodia a recitar una «Súplica de paz a María Asunta al cielo» durante las celebraciones programadas para los días 14 y 15 de agosto, como signo de esperanza y para que las partes implicadas puedan retomar las conversaciones y alcanzar una tregua en Gaza.
«Vivimos tiempos muy difíciles, en los que es especialmente importante rezar por la paz», observa el custodio, que cita un pasaje del Apocalipsis: «Sabemos que cuando aparece en el cielo el signo de la Mujer que va a dar a luz, Aparece también el dragón infernal que se revuelve contra sus hijos, pero al que se oponen las milicias celestiales encabezadas por San Miguel Arcángel». «Por eso - concluye - creemos que es aún más importante que este día sea de intensa oración» obteniendo del Card. Pizzaballa la aprobación eclesiástica para la oración, que también será utilizada por el patriarcado según la misma fórmula.