(AsiaNews/InfoCatólica) El Parlamento de Singapur ha aprobado la ley The Good Samaritan Food Donation Bill, que busca reducir el desperdicio de alimentos y fomentar las donaciones. Esta medida protege a quienes donan alimentos para fines caritativos, eliminando el riesgo de sanciones severas por hacerlo.
La ley está orientada a individuos y organizaciones involucradas en la distribución de alimentos con propósitos caritativos, benéficos o filantrópicos, siempre y cuando estas actividades no impliquen compensación económica o algún tipo de intercambio monetario. Con esta legislación, Singapur busca incentivar la donación de alimentos y aliviar las preocupaciones legales asociadas, promoviendo así una cultura de generosidad y responsabilidad.
Las condiciones para la donación de alimentos bajo la nueva ley de Singapur son que los alimentos deben ser seguros y aptos para el consumo en el momento de la entrega. Además, el donante debe informar al destinatario sobre cualquier método de manipulación o conservación necesario para mantener la seguridad alimentaria del producto.
También se requiere que los alimentos estén dentro del plazo de consumo recomendado para evitar riesgos para la salud. Por último, es esencial seguir estrictas medidas de seguridad e higiene durante la manipulación y el transporte de los alimentos hasta la donación.
El cumplimiento de estas normas protege a los donantes de posibles acciones legales si surgen problemas con los alimentos donados. La Autoridad Alimentaria de Singapur será la encargada de resolver cualquier controversia, en lugar del antiguo sistema de exención de responsabilidad.
Existen dos excepciones clave en la normativa que evitan la intervención de la Autoridad Alimentaria de Singapur. La primera se refiere a los alimentos intercambiados en contextos personales, como entre amigos o colegas en el lugar de trabajo, y la segunda a los alimentos que los empleadores proporcionan a su personal doméstico residente. Además, la ley busca evitar que restaurantes y servicios de catering desechen alimentos no consumidos, una práctica que se realizaba anteriormente para evitar problemas legales relacionados con las donaciones.
El desperdicio de alimentos en Singapur es alarmante, con una cifra estimada de 750 mil toneladas anuales, un dato significativo considerando que el total de alimentos importados y consumidos en el país alcanza los 1,6 millones de toneladas al año. Este desperdicio representa el 11% de los residuos generados, lo que no solo sobrecarga el sistema de recolección y eliminación, sino que también implica altos costos en términos de energía y agua utilizados para su producción.
La nueva regulación busca abordar este problema al facilitar una distribución más segura y eficiente de los alimentos donados, beneficiando a quienes, por elección o necesidad, deseen recibir estos alimentos.