(ACN/InfoCatólica) En un comunicado conjunto titulado «Caminar juntos con esperanza», la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) destacó la importancia crucial del pueblo en la determinación del futuro del país en las elecciones programadas para el día de mañana 28 de julio. Este mensaje fue publicado el pasado 11 de julio tras la reunión de la CXXII Asamblea Ordinaria Plenaria de la CEV, y ha sido recibido por la Fundación católica Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Venezuela está muy próxima a participar en las elecciones presidenciales en 2024 y legislativas en 2025, en un contexto político notablemente complejo. Respecto a esta situación, los obispos venezolanos han decidido «compartir algunas reflexiones en torno al hecho político, la profundización de la democracia y la participación del pueblo en el acto electoral».
Los obispos inician su mensaje diciendo: «Al pueblo venezolano se le presenta una nueva oportunidad para tomar decisiones a través del voto consciente y libre que produzca una reforma profunda de la democracia, de la sociedad civil y de la calidad de vida. El pueblo venezolano, lleno de esperanza, sabe que el futuro está en sus manos».
«La participación libre, consciente y responsable en estas elecciones es de gran importancia para diseñar un futuro con esperanza y construir un país de progreso, paz, justicia y libertad. Sólo venciendo el abstencionismo y la apatía política, podremos avanzar en la reconstrucción del país», afirman.
Los líderes eclesiásticos han subrayado el profundo impacto que la emigración está ejerciendo sobre la estructura familiar en Venezuela. «Muchos niños ahora están al cuidado de familiares cercanos ya que sus padres han partido en busca de mejores condiciones de vida. Numerosos abuelos se han visto en la situación de asumir nuevamente el rol de padres», mencionan. Esta ruptura del entorno familiar ha llevado a un preocupante aumento en los casos de embarazos precoces y familias monoparentales.
Los informes enviados a ACN también incluyen datos sobre la situación económica diferenciada que existe entre estados, puesto que describen a Caracas como una «burbuja» en la que no se vive ni evidencia la misma realidad que en el resto del país, donde los ciudadanos se ven obligados a lidiar diariamente con problemas como la escasez de alimentos y medicinas, los cortes prolongados de electricidad y los bajos salarios.
Todos estos problemas han llevado a que la migración venezolana se encuentre en su peor límite. Los obispos advierten: «Se teme que, de no producirse un cambio de gobierno, la actual ola migratoria se convierta en un fenómeno incontrolable. La situación ha llevado a un dilema generalizado: ‘O te resignas o te vas’».
«El día 28 de julio debe ser un día de fiesta democrática no solo en nuestro territorio, sino también ahí donde se encuentran nuestros hermanos y hermanas migrantes, que ejercerán el sufragio con la esperanza de volver a reunirse con sus seres queridos en una patria que les abra las puertas al desarrollo y a la felicidad», declaran los prelados. «Nadie debe eximirse ni sentirse excluido de esta experiencia democrática: todos estamos llamados a participar de diversas maneras».
Los obispos finalizan su mensaje haciendo una invitación general a entrar en oración por la paz y, sobre todo, «para que el proceso electoral se realice en un ambiente de respeto».
«Invocamos a la Trinidad Santísima, fuente de comunión, y a la maternal ternura de María de Coromoto, patrona de Venezuela, para que protejan al pueblo venezolano en este momento de grandes decisiones. Que inspiren nuestras mentes y corazones para tomar el camino más certero en los próximos años de vida democrática en nuestra patria».
A esta petición se unió ACN, quienes realizaron un llamado urgente a la comunidad internacional, pidiendo tener presente la fuerte crisis que atraviesa el pueblo venezolano.