(Vatican.news/InfoCatólica) La entrada en vigor de las nuevas Normas para el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales ha provocado una nueva «luz verde» del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Esta vez referida a la experiencia espiritual del Santuario de Maccio en Villa Guardia, en la zona de Como: es el lugar donde Gioacchino Genovese, profesor de música y director de coro, casado y padre de dos hijas, comenzó a percibir a través de «visiones intelectuales», una «presencia viva del misterio de la Santísima Trinidad» en el año 2000. Persona seria y discreta, que nunca ha buscado protagonismo alguno, cinco años después pidió a otras personas que se implicaran en la adoración, las súplicas y las novenas. Tras un primer examen de los escritos del maestro Genovese y del fenómeno en general, en 2010 el entonces obispo de Como Diego Coletti concedió a la iglesia parroquial la categoría de santuario, dándole el nombre de «Misericordia de la Santísima Trinidad».
La carta del Prefecto
Hoy, miércoles 24 de julio, se ha hecho pública la carta que el Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el cardenal Víctor Manuel Fernández, envió el pasado 15 de julio al cardenal Oscar Cantoni, obispo de Como, quien le había pedido que declarara el «nulla osta» para el fenómeno del Maccio según las nuevas Normas. En la carta, aprobada por el Papa Francisco, Fernández ofrece algunas aclaraciones sobre los escritos de Genovese.
Los elementos positivos
En primer lugar, el Prefecto del DDF enumera los aspectos positivos presentes en los mensajes: «la Trinidad es la fuente de la misericordia y su perfecta realización. A la luz de esta convicción, lo que se afirma diversas veces sobre la misericordia de Dios o de Cristo en los escritos de espiritualidad y en el Magisterio, adquiere un fuerte sentido trinitario. Es bien conocida la marginación del misterio trinitario en la reflexión teológica y en la espiritualidad de los últimos siglos. En este sentido, la experiencia espiritual del Sr. Genovese está en línea con el redescubrimiento de la centralidad de la Santísima Trinidad para la fe y la vida cristianas que se ha producido en el último siglo». En los escritos del Sr. Genovese «esta verdad se expresa insistentemente y el mensaje de la Misericordia que brota del Nosotros Trinitario, está cargado de belleza En el Hijo de Dios hecho hombre, desde su Encarnación hasta hoy, se manifiesta para nosotros el amor infinito de la Comunión Trinitaria:
«En Mí, Verbo encarnado, oh Esposa mía, ves y tocas el Amor, la Caridad y la Misericordia de Mí, Dios Único, y contemplas, pero no puedes comprender, sino en Mí, Verbo, oh Esposa mía, el Don de NOSOTROS TRINIDAD» (864)».
En la carta se reproducen extractos de los mensajes, como éste:
«¡Mi Encarnación es un don de la Misericordia Trinitaria!
¡Mi palabra es un don de la Misericordia Trinitaria!
¡Mi Pasión es un DON de la Misericordia Trinitaria!
¡Mi Resurrección es un DON de Misericordia Trinitaria!
¡Yo soy la Misericordia» (49)!
Oración trinitaria
Por eso, aunque sólo el Hijo asumió la naturaleza humana, señala Fernández, «a Iglesia está llamada a redescubrir, cada vez más, en los actos de Cristo, esa infinita misericordia del Dios trino, que en los escritos del Sr Genovese se denomina «Trinidad Misericordia». Este es el centro de todos los mensajes, porque, en definitiva, es el centro de la Revelación». En la carta, el Cardenal Prefecto reprodujo también esta oración, que calificó de «bellísima»: «Eres Tú quien Me miras, Me atraes a Ti y, tomando Mi rostro cabizbajo, lo levantas hacia el Tuyo y me dices que te fije en el corazón; Tu Corazón, donde palpita el Amor que Tú tienes para Mí, para que yo ahonde mi oído en aquel palpitar eterno y pueda apoyar serenamente mi cabeza. Y de nuevo, levantas Mi Rostro para que mire a Tu Rostro. En Ti, Jesús hombre, que eres Dios, el Rostro mismo de la Trinidad Misericordia, para que, mirándote en los ojos, pueda verdaderamente Confiar en Ti, Señor Mío y Dios Mío. Entonces, he aquí que, aunque pecador, puedo, en ti, levantar y fijar la Mirada sin miedo. A la Misericordia, al Infinito Amor Tuyo, Mi Único Dios, ¡Trinidad Impenetrable del Misterio Infinito de Amor en Ti mismo, como eres! Yo te amo y en Ti me siento hecho de nuevo y limpio de las mil inmundicias del pecado» (1331).
Aspectos a aclarar
En cuanto a los aspectos a aclarar, la carta de Fernández a Cantoni recuerda que «Ciertamente, no es nunca fácil expresarse con precisión sobre el misterio de la Santísima Trinidad; y si esto es cierto para los grandes teólogos y para el mismo Magisterio de la Iglesia, se hace aún más complejo cuando se intenta expresar con palabras humanas, lo que se vive en una experiencia espiritual». El mismo Genovese lo reconoce claramente cuando, refiriéndose a sus palabras, dice ser «consciente de su imprecisión, tan imprecisa como todo lo que ha escrito hasta ahora». Hay que señalar las expresiones que utilizan el plural trinitario «Nosotros» también para referirse a la encarnación «Nosotros MISERICORDIA [...] nos hemos encarnado» (541). Expresiones que «no son aceptables y debe evitarse su difusión, ya que pueden interpretarse fácilmente de forma contraria a la fe católica. No se trata de imputar errores en todos los escritos del Sr. Genovese. De hecho, en muchos de ellos, sobre todo en aquellos sucesivos, encontramos aclaraciones que nos conducen hacia la interpretación correcta. En los textos posteriores a los mencionados, podemos leer, en efecto, lo siguiente: «En la Encarnación, la Trinidad no ha asumido la Humanidad, pero en la humanidad de la Palabra, del Verbo, nosotros contemplamos y tocamos también su Divinidad» (1407). Queda claro, por tanto, que «por una parte, solo el Verbo se ha encarnado y que todos los textos que incluyen un «Nosotros» trinitario, hacen referencia a la presencia común y constante de las tres Personas, y por otra que, aunque si es solo el Verbo el que se encarnó, las tres Personas se manifiestan como Misericordia en el Misterio de Cristo».
La interpretación correcta
«Podemos sostener -afirma el Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe- que la propuesta espiritual que brota de las experiencias narradas del Sr. Gioacchino Genovese en relación a la «Trinidad Misericordia», se interpreta a la luz de lo dicho, como sostienen los diversos expertos consultados, no contiene elementos teológicos o morales contrarios a la doctrina de la Iglesia. Se debe, en todo caso, proceder en modo en que, en la publicación de una antología de los escritos, se eviten los textos que contengas expresiones confusas (...) y que la presente carta se coloque como introducción a la colección». Por último, se precisa que algunos textos que se refieren al diablo «deben ser interpretados como expresiones de un Dios que nunca olvida a su criatura amada, incluso cuando ésta se ha alejado libre y definitivamente de él». Y se añade que otros textos que contienen «indicaciones precisas al obispo o a otras personas (detalles de fechas, horas, lugares y otros pormenores circunstanciales o minuciosos) no son de ninguna utilidad para otros creyentes y ni siquiera pueden considerarse como indicaciones divinas para algunos, sin un cuidadoso discernimiento de las personas implicadas». Cualquier mensaje futuro deberá ser evaluado por el obispo «en diálogo con este Dicasterio».
El decreto del obispo
El valor de los mensajes recibidos por Genovese, con su lenguaje simbólico, consiste en intentar superar una excesiva separación entre cristología y teología trinitaria, invitando a descubrir la «Trinidad Misericordia» reflejada en cada gesto de Jesús. Paralelamente a la publicación de la carta del Dicasterio, el Obispo de Como publicó el decreto que establece el «nulla osta» de acuerdo con las nuevas Normas.