Señaló, en este sentido, que San Dámaso “es uno de los grandes Papas y una de las grandes figuras de la Iglesia, y la razón teológica para quererle y creerle bien está en el misterio de Cristo y en la aceptación de su verdad plena”. “Y hacerlo hoy –añadió- es tan urgente como probablemente más que en el siglo IV”.
También se refirió a la razón histórica que influye directamente en el cristianismo y que nace de la sangre de los mártires, “que dieron la vida por el Señor y por ser testigos de Jesucristo”. “Esa razón histórica del cristianismo no la podemos olvidar, y debemos llevarla a cabo dando la vida por Él, y por nuestros hermanos”, manifestó.
Destacó, igualmente, que tenemos que vivir llevando la Palabra del Señor para asemejarnos a San Dámaso –fiel creyente de su Madre, la Virgen- y concluyó pidiendo a la Santísima Trinidad que nos guarde y nos aliente.
Finalmente, recordó el papel de la Iglesia como “la gran familia de aquellos que saben cuál es el verdadero camino de salvación: Jesucristo, camino, verdad y vida”.
Con el cardenal, concelebraron monseñor Jesús Sanz, Administrador Apostólico de Huesca y Jaca, y arzobispo electo de Oviedo; monseñor Reig Plá, obispo de Alcalá de Henares, y monseñor Rafael Zornoza, obispo auxiliar de Getafe, además del Decano de la Facultad, profesores y alumnos de los Centros Académicos ‘San Dámaso’.