(La Crónica/InfoCatólica) Mons. Carballo, que fue secretario del Dicasterio para la Vida Consagrada, ha concedido una entrevista muy completa al diario extremeño. Preguntado sobre la clase política, responde:
Hay que distinguir. Como en todas las profesiones, hay gente muy buena y competente, de distinto signo político. Sí creo que en estos momentos estamos viviendo un clima de crispación que no ayuda nada a nadie. Sobre todo a las futuras generaciones. Invitaría a los políticos a que se preguntaran qué les estamos transmitiendo, en qué clima los estamos educando. Después nos lamentamos de la violencia de muchos jóvenes y puede que nosotros tengamos una violencia verbal que no deja de ser violencia. Los casos de corrupción. No podemos olvidar lo que es la política, que es estar al servicio del pueblo, de la polis, de la ciudad. La política no es para hacer carrera yo, sino para servir al pueblo. Yo pediría a los políticos que si no están dispuestos a servir al pueblo, que por favor dejen la política, que se dediquen a los negocios.
La periodista Ascensión Martínez le pide su opinión sobre la ley de amnistía. Y el arzobispo no se esconde ni rehúye el tema
Creo sinceramente que la Ley de Amnistía es peligrosa. Porque si todo se olvida y se llega a decir prácticamente que no existió, después con qué autoridad puedo dictar prisión a uno que roba en un supermercado para comer. No podemos cerrar los ojos ante ciertas situaciones. Tenemos que defender la separación de poderes. Ahí está la clave. Que la justicia haga su trabajo. No digo que no lo haga. No entro a juzgar el trabajo de los jueces. Pero hay situaciones que claman al cielo, de corrupción, que será siempre corrupción, venga de donde venga y afecte a quien afecte.
Mons. Rodríguez Carballo demuestra conocer las necesidades del pueblo extremeño en materias de comunicación, dado que Extremadura es la comunidad autónoma española con peores infraestructuras:
«Si hoy una región no está bien comunicada, permanecerá marginada. Yo vengo de una región de España que geográficamente es mucho más compleja, delicada y difícil que Extremadura. En Galicia hay muchas montañas, túneles y puentes. Pero estamos comunicados. Desde Orense a Madrid tardo dos horas y diez minutos en Ave. Desde Badajoz a Madrid ¿cuántas horas? Galicia tiene tres aeropuertos y buenos. En Badajoz tenemos el que tenemos, y menos mal. Por eso yo pediría a los políticos extremeños que se comprometan seriamente con Extremadura y en esto tendrán todo el apoyo de la Iglesia, y mío personal».
En cuanto a sus planes para la iglesia que pastorea, dice:
«El próximo curso tendremos cinco asambleas diocesanas. Una con los jóvenes, quiero escucharlos. Otra con los laicos en general, adultos. Otra con los sacerdotes y otra los consagrados. Por separado, para que haya libertad de expresión y ningún grupo condicione a otro. Después una quinta asamblea que sería de todos juntos. Todo esto para escuchar qué le piden a la Iglesia, qué le piden al nuevo arzobispo y, si es posible, elaborar juntos el próximo proyecto pastoral de la diócesis».