(InfoCatólica) La disminución de vocaciones sacerdotales en Argentina está llevando a los seminarios a adoptar medidas inusuales para mantenerse a flote. Un ejemplo es el Seminario Metropolitano Inmaculada Concepción, construido en 1899 en Villa Devoto.
Esta imponente estructura, que alguna vez albergó a cientos de seminaristas, ahora alquila sus 200 dormitorios a otras diócesis y para retiros espirituales, debido al cierre de seminarios en todo el país por la escasez de vocaciones. Otros seminarios también han recurrido a alquilar partes de sus instalaciones a colegios y organizaciones católicas para cubrir costos operativos.
La disminución de vocaciones religiosas se vincula con la pérdida de fieles católicos y la escasa participación juvenil en las comunidades de las iglesias y parroquias. La secularización creciente diluye la vida espiritual arraigada en la sociedad, mientras que el desprestigio del catolicismo debido a discursos anti-iglesia y la exposición de casos de abuso sexual por parte de algunos clérigos también influyen significativamente.
A pesar de la elección de un Papa argentino en 2013, el incremento en el número de vocaciones sacerdotales no se ha materializado uniformemente en todas las regiones y grupos del país. En contraste, hay un crecimiento visible en congregaciones religiosas conservadoras que enfatizan una disciplina rigurosa.
Según datos del Anuario Estadístico Pontificio, Argentina ha experimentado una constante disminución en el número de seminaristas. En 1985, había 2,231 estudiantes en seminarios; para el año 2000, se registraron 2,003, y para el 2020, solo 1,070. En el último censo de 2024, se contabilizaron solamente 481 seminaristas activos.
El padre Cristian Torres, rector del seminario de Paraná, administra un edificio diseñado para albergar a 200 seminaristas, pero actualmente solo hospeda a 22, de los cuales 15 pertenecen a su diócesis y 7 a la diócesis de Concordia. Para sostener el funcionamiento del seminario, ha optado por alquilar una parte a una escuela secundaria privada y también alberga una escuela parroquial. Según sus palabras, «Gracias a Dios, así nos mantenemos. Con el uso y el alquiler, más los ingresos propios de la vida parroquial, se van cubriendo los gastos».
La iniciativa de unir seminarios más pequeños y formar comunidades de aprendizaje más grandes responde directamente a la solicitud del Papa Francisco. El padre Larrosa, rector y director de la Organización de Seminarios de Argentina, destaca que esto también tiene un componente pedagógico esencial: «No es bueno que alguien que ingresa a primer año esté solo. Es bueno que tenga pares de la misma edad, que estén viviendo la misma experiencia, que se forme un grupo».