(Katolisch/Infocatólica) Mons. Kräutler, que acaba de cumplir 85 años, asegura que el papa Francisco les dio «una esperanza increíble». En el Sínodo de la Amazonía en 2019, muchos obispos pidieron explícitamente que hombres y mujeres probados de comunidades eclesiales remotas fueran ordenados sacerdotes o sacerdotisas. «Y el Papa Francisco no lo aceptó aunque previamente nos había dicho a los obispos: Hagan propuestas valientes» Esto lo hace sentir frustrado y decepcionado.
En el sínodo, el 80 por ciento de los obispos votaron a favor de los viri probati y el diaconado femenino, explicó el obispo. Es inimaginable que Francisco no haya mencionado esto en su documento final del sínodo. El obispo expresó su pesimismo sobre el proceso sinodal de la iglesia mundial. «No saldrá nada de esto», dijo, «solo gastos y nada más» Los temas de reforma urgentes ni siquiera se están discutiendo allí.
Mi esposa está muy lejos
Desde su realidad como «obispo itinerante» en áreas remotas, el prelado informó que su llegada siempre era una celebración. «Todo el pueblo me besaba. Y siempre me preguntaban: ¿Dónde está tu esposa?» Como obispo joven, decía que no estaba casado. «El jefe del pueblo me miraba extrañamente. Simplemente no podía entenderlo. Porque el concepto de celibato no encaja en su realidad». Finalmente optó por decir, «que mi esposa está muy, muy lejos» Los aldeanos lamentaban esta soledad, «pero al menos ya no había reacciones extrañas.»
A pesar de su pesimismo sobre el avance rápido de las reformas por las que él apuesta, Mons .Kräutler también mostró confianza en el futuro: «Los sacerdotes casados vendrán primero, luego el diaconado femenino. Las sacerdotisas serán el próximo paso». Cuando el Papa Francisco dice que las mujeres no deben ser ordenadas sacerdotisas para protegerlas del clericalismo, eso es «una broma,» dijo Kräutler: «Los hombres no ordenados en la región amazónica son mucho más clericales que las mujeres que dirigen comunidades». Él no conoce «a ninguna mujer que viva el clericalismo, ninguna» «Necesitamos mujeres, también en los cargos», enfatizó Kräutler, y advirtió: «No puede ser que hombres ancianos elaboren una teología sobre la mujer.»
El prelado cree que tal vez un próximo Papa pueda lograr traer de vuelta una «primavera para la Iglesia», como la que él experimentó de joven en el Concilio Vaticano II (1962-1965). En cualquier caso, asegura, ni un futuro Papa ni la Iglesia pueden dar marcha atrás a los cambios que ha iniciado Francisco.