(Agencias/InfoCatólica) Sin sorpresas el Bundestag (Parlamento alemán) aprobó ayer con la mayoría de la «coalición semáforo» (socialdemócratas, liberales y verdes) la «milla de protección» alrededor de abortorios y lo que denominan «centros de asesoramiento».
¿Protección de qué? En la neolengua, protección de que nadie rece por el niño en el seno materno que va a ser exterminado, y por la madre, que no dejará de serlo, todo lo más será la madre de un niño muerto.
De este modo, cualquier persona que se encuentre en un radio de 100 metros para rezar por las mujeres embarazadas y sus fetos o para ofrecerles ayuda y consejo puede ser multado ahora con hasta 5.000 euros por las autoridades reguladoras.
En total, doce diputados intervinieron en el debate, que comenzó a las 13.30 con 20 minutos de retraso y duró unos buenos 40 minutos. Durante el apasionado debate se produjo un acalorado intercambio entre los representantes de las facciones del semáforo y los de las facciones de la oposición CDU /CSU y AfD, según informa Die Tagestpot.
En el debate se difundieron como un mantra falsedades e ideas chocantes, sobre supuestos «paseíllos» (Spießrutenlaufen), sobre «fotos horribles» o «fetos ensangrentados» con las que «supuestos provida» y «antifeministas» se lanzarían delante de las embarazadas y las «acosarían».
Según los diputados de la coalición, las mujeres no estarían en condiciones de presentar ellas mismas denuncias penales legítimas debido a su situación, razón por la cual no hay denuncias. Sorprendentemente, sin embargo, tampoco hay denuncias penales presentadas por organizaciones que no estén en situación de emergencia, aunque esto no se discutió. La acusación de que sólo los centros de asesoramiento no confesionales -en lenguaje llano se trata prácticamente en exclusiva de los centros Pro Familia- están siendo «acosados» debería referirse a un aspecto de motivación religiosa, pero esto es incorrecto desde el punto de vista de los hechos. Pro Familia es la única organización de asesoramiento que defiende públicamente el aborto legalizado a gran escala y que gana dinero ella misma con el aborto en cuatro centros médicos.
Este conflicto de intereses y financiero es un obstáculo para un asesoramiento serio de acuerdo con el § 219 y plantea dudas justificadas sobre la calidad del asesoramiento. Esta es la verdadera razón por la que se hace hincapié en la ayuda a las mujeres embarazadas y en la oración frente a estos centros.
Según informa KathNet, la verdadera motivación de este plan, al igual que la de la abolición ya aplicada de la prohibición de la publicidad de los abortos (§ 219a), fue expresada claramente por algunos diputados de la oposición y no es en absoluto «ponerse del lado de las mujeres», como afirma la coalición: el objetivo es establecer el aborto como «asistencia sanitaria normal». Los 381 diputados que impulsaron la enmienda a la Ley de Conflictos en el Embarazo deben preguntarse de qué lado están realmente. Desde luego, no es el de las mujeres afectadas. La situación de las mujeres en conflicto por embarazo no mejorará. Porque antes de que acudan a un centro de asesoramiento o de interrupción del embarazo, se enfrentan a un verdadero desafío, sobre todo por parte de los hombres, que pueden seguir presionándolas impunemente para que aborten. Con el apoyo de ideólogos a los que, en el fondo, les importan un bledo las mujeres y los niños afectados.