(Irish Catholic/InfoCatólica) La cumbre reunió a policías de alto rango de los EE,UU, el Reino Unido e Irlanda, el cardenal Vincent Nichols, arzobispo de Westminster, Kevin Hyland del Grupo Santa Marta creado por el papa Francisco, la ministro de Justicia de Irlanda, Helen McEntee, el obispo Alan McGuckian de Down y Connor, el obispo Fintan Gavin de Cork y Ross, y la conocida hermana de la Misericordia, la hermana Liz Murphy, en representación de Act to Prevent Trafficking (APT).
El cardenal Vincent Nichols, presidente del Grupo Santa Marta, destacó en su introducción el hecho de que «las cosas están empeorando» con respecto al crimen de la trata de personas y que debemos «alentarnos mutuamente, profundizar nuestras relaciones y nuestro sentido de propósito común.»
El cardenal distinguió entre la jerga de los derechos humanos y la dignidad humana, que es innata en cada uno de nosotros.
La ministro de Justicia Helen McEntee dijo:
«En Irlanda, como en otros lugares, estas víctimas a menudo están ‘ocultas a plena vista’. Queremos que Irlanda, como sociedad, sea consciente de esta realidad.»
Sor Liz Murphy, hablando en el podcast The State of the Nation, dijo que la trata es más que solo llevar a personas a la prostitución.
«Ahora se ha extendido al movimiento de personas… la esclavitud de personas, ya sea en la agricultura, el servicio doméstico, el comercio sexual, donde sea, incluso en varios niveles de la industria de servicios.»
Antes de la cumbre, los obispos irlandeses exhorta a las parroquias a estar vigilantes en torno a las personas vulnerables que pueden haber sido traficadas y que están siendo explotadas localmente:
«Las parroquias también pueden desempeñar su papel. Al informarse más, aprender los signos reveladores de la trata, aumentar la conciencia sobre los servicios de apoyo disponibles para las víctimas y averiguar qué hacer si sospecha que alguien en su área local ha sido traficado aquí. También pedimos a las personas que oren por aquellos que sufren como resultado de la trata y que lleven esa oración a la acción convirtiéndose en los ojos y oídos, y la voz, que las víctimas necesitan entre nosotros. Nunca es tarde para actuar».
Como dijo Sor Liz, «este es un crimen contra la humanidad.»