(Fides/InfoCatólica) Tras las elecciones generales, con la toma de posesión en Nueva Delhi de Narendra Modi, líder del partido nacionalista Bharatiya Janata Party (BJP), se nota que la población del estado de Manipur ha derrotado al gobierno local (el primer ministro del estado es N. Biren Singh, del BJP) y otorgado su confianza a la coalición de la oposición, «INDIA», liderada por el Partido del Congreso, eligiendo a tres diputados de la oposición como sus representantes. En los últimos meses, los líderes nacionales del Partido del Congreso se han pronunciado en repetidas ocasiones sobre la urgencia de una solución a la crisis para garantizar la pacificación, criticando al BJP por no poner fin a la violencia.
La última oleada se produjo en el distrito de Jiribam, donde se registraron incendios en las aldeas entre miembros de los grupos meitei y kuki: el incidente evidencia la persistencia de las tensiones étnicas en Manipur. Según la policía local, más de 1.000 personas de Jiribam, pertenecientes a las comunidades meitei y kuki-zo, fueron desplazadas y realojadas en campos de asistencia en zonas distantes. Los enfrentamientos entre la comunidad meitei, de mayoría hindú, y la tribu kuki-zo, de mayoría cristiana, se han cobrado hasta ahora más de 220 vidas y han desplazado a otras 67.000, según cifras del gobierno.
Según algunos analistas, el BJP, que dirige el gobierno del estado de Manipur, ha intentado explotar la violencia para obtener beneficios políticos, pero con el voto en las recientes elecciones, la población ha querido expresar su descontento con el gobierno del estado, que se había limitado a separar temporalmente a las dos comunidades como solución.
En lo que sigue siendo una situación difícil, organismos de la Iglesia cristiana como la All Manipur Catholic Youth Organisation o el «Manipur Interfaith Forum for Peace and Harmony», iniciado por el arzobispo católico Thomas Menamparampil, están buscando un terreno de entendimiento.
Los meitei constituyen alrededor del 60% de su población y se concentran en las zonas más prósperas del valle, en torno a la capital del estado, Imphal; las tribus minoritarias, kuki-zo y naga, viven en los distritos montañosos que rodean el valle. La Constitución india identifica a algunas tribus históricamente marginadas (las llamadas Scheduled tribes o tribus desfavorecidas) como beneficiarias de programas específicos de desarrollo, educación y reparto de tierras. Los meitei llevaban años reclamando el estatus de «Scheduled tribes» para poder acceder a estos programas y privilegios, y lo obtuvieron en marzo de 2023, gracias a una sentencia de un tribunal local. Precisamente a causa de esta sentencia, los demás grupos tribales minoritarios organizaron marchas de protesta, que más tarde derivaron en violencia y en una auténtica guerra civil. La orden judicial ha sido revocada ahora, en febrero de 2024, por el Tribunal Superior de Manipur, que la ha declarado contraria a la Constitución. Sobre la base de este elemento fáctico, afirman los grupos cristianos, el conflicto podría y debería apaciguarse.