(InfoCatólica) El cardenal Rouco Varela recordó las palabras proféticas de Juan Pablo IIJuan Pablo II: "Para el hombre y la sociedad contemporáneas no hay nada más que una alternativa: la del Evangelio de la vida, del respeto y cuidado del don de la vida inviolable y sagrada y de la consiguiente `civilización del amor´, o la de la cultura y civilización de la muerte y de la muerte del amor". Ante lo cual, el arzobispo de Madrid cree que la respuesta del cristiano ha de ser clara: "Para un cristiano, para un hijo de María la Madre de la Iglesia, la elección es clara: ¡es la `del sí´ incondicional al Evangelio de la vida!"
Previamente, el presidente de la CEE recordó que "la vida es un don de Dios desde el principio de la creación que se ve recuperado y restaurado en todo su valor por la ofrenda de su Cuerpo y de su Sangre que por amor hizo el Hijo de Dios e Hijo de María al Padre de toda misericordia".
"La vida que recibe el hombre de forma sagrada y gratuita por la creación", explicó el cardenal, "aparece ahora a la luz de la verdad de Jesucristo, Redentor del hombre, como un don para vivir la plenitud del amor que madura en el tiempo y florece gloriosamente en la eternidad: ¡como el amor más grande que vence verdadera y radicalmente a la muerte!"
Por ello, aseguró don Antonio María, "desconocer, despreciar, maltratar y eliminar la vida física del hombre, sea cual sea el momento y la situación en que se encuentre desde el instante de su concepción hasta el momento de su muerte natural, implica el desprecio, el rechazo y la destrucción del don de la vida en su totalidad. Significa rechazar a Cristo, el Autor de la nueva vida. Una cruel versión contemporánea del pecado de origen. Una radicalización suma del no a Dios, de la rebelión contra Él".