(CatholicWeekly/InfoCatólica) A través del don de su vocación y de sus diferentes carismas, los consagrados y consagradas desempeñan un papel central y de suma importancia en la misión de la Iglesia Católica de difundir el Evangelio.
«De hecho, en muchos lugares del planeta el primer anuncio del Evangelio lleva el rostro de hombres y mujeres consagrados que asumen con gran compromiso y dedicación de sus vidas el mandato del Señor: “Id por el mundo y proclamad el Evangelio a toda criatura”», dijo el Papa Francisco, citando el Evangelio de San Marcos.
El Papa Francisco pronunció estas palabras en un mensaje a los participantes en una conferencia para la vida religiosa consagrada en Brasil, publicado por el Vaticano el 30 de mayo. El tema de la conferencia está tomado de la instrucción de Jesús a los discípulos en el Evangelio de San Juan: «Permaneced en mi amor».
Asimismo, en otro de sus mensajes el Santo Padre dijo dirigiéndose a los participantes que «el don de la vocación debe guardarse y cultivarse cada día, para que produzca buenos frutos en la vida de cada religioso y religiosa».
Para vivir bien la vocación, «es necesario permanecer en su amor, mediante el diálogo constante con Jesús en la oración cotidiana y la fidelidad a los votos que expresan de modo hermoso nuestra consagración», escribió.