(Asia News/InfoCatólica) Un mitin electoral en Dumka, en el Estado de Jharkhand, al norte del país, antes de que comience la última ronda de las elecciones políticas en la India, se convirtió ayer en una oportunidad para que el primer ministro Narendra Modi intentara sembrar la discordia entre cristianos y musulmanes, las dos principales minorías del país.
Para atacar al gobierno de Jharkhand - encabezado por una fuerza política local aliada del Congress, donde los nacionalistas hindúes del BJP están en la oposición - arremetió contra los resultados de una investigación que reveló que algunas escuelas de Jamtara cambiaron el día festivo al viernes en vez del domingo universalmente aceptado en la India. «Primero los musulmanes atacaron a los hindúes. Ahora también atacan a los cristianos», declaró Modi.
En realidad - al anular la decisión que tomaron hace dos años 43 escuelas públicas de cambiar el día de descanso semanal al viernes - el gobierno liderado por el Jharkhand Mukti Morcha (JMM) había restablecido el domingo como día festivo oficial de descanso, aunque algunas escuelas de las zonas de Jamtara - donde la presencia musulmana es fuerte - no acataron esa disposición. Sin embargo, el diputado local Irfan Ansari invitó a no dar «una connotación sectaria a una cuestión trivial».
En el mitin Modi reiteró también la afirmación según la cual el bloque INDIA (la agrupación que reúne a las fuerzas de la oposición) abrirá a los musulmanes, «sobre una base religiosa», las cuotas de puestos de trabajo y otros beneficios que la ley india reserva a las categorías desfavorecidas. «Juro que mientras esté vivo, no podrán arrebatar la cuota a los tribales, a los dalits, a las clases extremadamente atrasadas para dársela a los musulmanes que están haciendo una 'jihad electoral'…» dijo Modi.
La inclusión de los dalits y de los cristianos tribales en el sistema de cuotas es una batalla que también llevan adelante desde hace años los católicos indios pero que siempre ha sido rechazada por los nacionalistas hindúes, los mismos que señalan con el dedo lo que ellos llaman «conversiones forzadas». Y precisamente en Jharkhand, al servicio de las poblaciones tribales locales, vivió su compromiso durante años el P. Stan Swamy, el jesuita indio que murió de Covid en 2021 después de casi nueve meses en prisión a la edad de 84 años por cargos falsos de complicidad con el terrorismo, a pesar de las reiteradas solicitudes que se presentaron a Modi para que fuera liberado.
La Conferencia Episcopal india se expresó claramente contra una visión sectaria de la sociedad en el documento con el que convocó a una jornada de ayuno y oración para el 22 de marzo, con vistas a las elecciones. Ese texto denunciaba la difusión de »actitudes divisorias, discursos de odio y movimientos fundamentalistas que erosionan el ethos pluralista que siempre ha caracterizado a nuestro país.