(CH/InfoCatólica) El Vaticano ha presentado recientemente nuevas normas para la evaluación de fenómenos sobrenaturales, generando una considerable controversia entre los fieles y teólogos. Estas normas sustituyen las directrices anteriores, vigentes desde 1978, y buscan adaptar el proceso de discernimiento a la era de las redes sociales, donde las noticias y experiencias se difunden con una rapidez sin precedentes.
Una de las mayores atracciones del catolicismo es su conexión con lo sobrenatural. Desde el milagro de la resurrección hasta las apariciones marianas, estos eventos han sido fundamentales para la fe de muchos creyentes. Sin embargo, lo sobrenatural presenta tanto intervenciones auténticas como fenómenos distorsionados o incluso diabólicos, lo que subraya la importancia de un discernimiento cuidadoso.
Las nuevas normas reconocen que las redes sociales han cambiado el panorama, permitiendo que las noticias sobre supuestos milagros se difundan rápidamente, dificultando el tiempo necesario para reflexionar, orar y evaluar adecuadamente estos eventos. Por tanto, desde una perspectiva práctica, la revisión de estas normas parece justificada.
No obstante, las críticas no se han hecho esperar. Algunos expertos, como Gavin Ashenden, autor del artículo «Problems with the Vatican’s new norms for vetting supernatural phenomena», señalan que el documento del Vaticano menciona el riesgo de errores doctrinales y la posible manipulación de eventos sobrenaturales por parte de individuos con deseos de notoriedad o inclinación a la mentira, pero omite el peligro de la suplantación diabólica. Esta omisión ha generado inquietud entre los fieles, quienes se preguntan si el Vaticano está adecuadamente preparado para distinguir entre lo auténtico y lo satánico.
Además, se ha cuestionado la decisión de centralizar el poder de reconocimiento de estos fenómenos en el Papa, en detrimento de la autoridad de los obispos locales. Los críticos argumentan que los obispos y sus asesores están mejor situados para entender el contexto local de estos eventos y sus implicaciones.
Otro punto de controversia es la posibilidad de que el Vaticano revise retrospectivamente el reconocimiento de eventos previamente aceptados. Esto podría minar la confianza de los laicos en la jerarquía de la Iglesia, especialmente en un momento en que la ambigüedad y el caos se perciben como problemas crecientes bajo el actual pontificado.
En resumen, aunque las nuevas normas del Vaticano para evaluar fenómenos sobrenaturales buscan responder a los desafíos de la era digital, han suscitado preocupaciones sobre su enfoque y la capacidad de la Iglesia para gestionar adecuadamente estos delicados asuntos. La centralización del poder y la falta de mención a ciertos peligros sobrenaturales son temas que seguirán generando debate entre los fieles y expertos en teología.