(Ecclesia/InfoCatólica) Pablo Siegrist, director general en España de la fundación dedicada al cuidado de las personas con discapacidad intelectual de origen genético y a sus familias, estuvo en el programa «Ecclesia al día».
El origen de la vida, el diagnóstico prenatal, la fecundación in vitro o los procesos de maternidad subrogada o cuestiones como el final de la vida humana son algunos de los desafíos que plantea la técnica y que se han abordado durante el congreso: «A partir de ahí hemos hecho un análisis científico de cuáles deben ser los planteamientos desde el punto de vista de la ética médica, que necesitan de una reflexión de nivel y sosegada para analizar cuál debe ser la postura para defender al ser humano, sobretodo cuando está en una situación vulnerable», ha destacado.
Las amenazas de la medicina
Pablo Siegrist ha explicado que entre las amenazas que se vislumbran en el horizonte en el campo de la medicina, y al que han de dar respuesta para poner a la persona en el centro, estaría el mercado de la fertilidad humana y los embriones: «Es el ser humano en su estado vulnerable que queda congelado y, en cifras, supone mucho más que los abortos», ha recordado el director general de Jérôme Lejeune en España.
En este sentido, Pablo Siegrist asegura que en el congreso se ha alertado sobre ello de manera contundente, invitando a una reflexión para «ofrecer soluciones naturales a parejas que quieran tener hijos».
También la importancia de los cuidados paliativos, cómo cuidar a los propios cuidadores o cómo tratar a personas con discapacidad intelectual y a sus familias han tenido espacio en este segundo Congreso Internacional de Bioética.
Ante todos los retos médicos, el director general de la fundación Jérôme Lejeune asegura que la actitud de los profesionales sanitarios es de acompañamiento unos a otros: «Los médicos plantean la necesidad de un rigor ético, científico y acompañamiento, y no estar solos ante determinadas cuestiones que se abordan de manera simplista», ha lamentado.
El papel de la Inteligencia Artificial en el campo de la medicina y la ética
Cuestionado sobre el papel de la Inteligencia Artificial en el campo de la medicina y de la bioética, Pablo Siegrist defiende las grandes aportaciones que puede traer consigo, al ser la puerta para otros avances, pero plantea la pregunta de cómo usarla.
«¿Ponemos al ser humano en el centro y lo entendemos como un valor y una dignidad que no podemos vulnerar, o la ponemos como instrumento para conseguir mayor avance de la técnica?» «Esto último supone que determinadas personas estén al servicio de otras porque la técnica la dirigen unos cuantos, y si anteponemos la técnica al ser humano damos un poder a los propietarios de la técnica frente a seres humanos más vulnerables o con menos capacidad y poder para intervenir en la vida pública y en la regulación, y se pueden ver afectados», ha advertido.
Así las cosas, ha recalcado que «la Ciencia debe estar al servicio de los más vulnerables del ser humano y desarrollarse con conciencia, y la conciencia es el valor de la persona», ha insistido.