(DieTagespost/InfoCatólica) Un día después de la Pascua ortodoxa, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan presidió la reapertura de la iglesia del Santo Salvador de Chora como mezquita. Esto le valió al presidente críticas internacionales. «Este acto insulta la rica historia de Estambul como encrucijada de diferentes civilizaciones», declaró el Primer Ministro griego, Kyriakos Mitsotakis.
Respetar los valores comunes
La presidenta griega, Katerina Sakellaropoulou, subrayó que Turquía debe respetar los valores comunes para mantener buenas relaciones con Europa. El Ministerio Griego de Asuntos Exteriores añadió: «La preservación del carácter universal de los monumentos y el respeto de las normas internacionales de protección del patrimonio religioso y cultural es un claro deber internacional que incumbe a todos los Estados». La iglesia está considerada un monumento histórico cristiano, caracterizado por el arte sacro ortodoxo y es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Los arcontes del Patriarcado Ecuménico, con sede en Estambul, también criticaron la decisión de Erdogan. «Se trata de otra falta de respeto a la libertad religiosa por parte del gobierno turco», afirmaron los dignatarios ortodoxos en un comunicado de prensa. Asimismo, advirtieron que las iconografías, algunas de las cuales datan del siglo XIV, podrían perderse ahora para siempre. Recordaron que la iglesia de Chora fue el primer monumento saqueado por los otomanos durante la conquista de Constantinopla. «Esto no debe volver a ocurrir», decía la declaración. Los arcontes hicieron un llamamiento a las organizaciones internacionales y a los gobiernos comprometidos con la libertad religiosa para que tomen medidas contra esta decisión.
La Arquidiócesis Ortodoxa Griega de América también pidió al gobierno turco que reconsiderara su decisión. Según la diócesis, esta medida pesa especialmente porque el centro mundial de la ortodoxia, el Patriarcado Ecuménico, se encuentra en Estambul. Hace dos meses, los medios de comunicación ya se hicieron eco de los planes del gobierno turco de reedificar la iglesia de Chora como mezquita, siguiendo el ejemplo de la antigua basílica patriarcal de Santa Sofía. En ambos casos, el gobierno argumentó que las iglesias ya habían sido utilizadas como mezquitas en el pasado.