(InfoCatólica) Mons. Paprocki comienza el vídeo recordando las palabras del cardenal Wilton Gregory, arzobispo de Washington, sobre la condición de "católico de cafetería" del presidente Joe Biden. Luego explica lo que es la herejía y la apostasía según el derecho canónico. Y a continuación, explica el acto de Biden:
El mes pasado, el 23 de abril, Biden agravó su apoyo al pecado del aborto al hacer la señal de la cruz durante un mitin pro-aborto en Tampa, Florida. Según los informes de noticias que describen el incidente, Biden hizo la señal de la cruz mientras una de sus partidarios en el escenario criticaba al gobernador de Florida, Ron DeSantis, por firmar una ley que reduce el tiempo durante el cual sería legal un aborto en el estado, de 15 a 6 semanas de gestación. Con Biden de pie junto a la presidenta del Partido Demócrata de Florida, Nikki Fried, ella dijo: «Y luego regresamos aquí al estado de Florida, donde... 15 semanas no eran suficientes, así que tuvimos que ir a 6 semanas», refiriéndose al nuevo límite hasta el cual el aborto está permitido bajo la ley estatal. Tan pronto como Fried dijo «no eran suficientes», Biden comenzó a hacerse la señal de la cruz.
Y la condena de Mons. Munilla, que él comparte:
«Expresando su crítica al gesto de Biden en su programa de radio semanal en Radio María España, el obispo José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante en España, dijo que hacer la señal de la cruz en apoyo del aborto constituye un gesto «sacrílego» y «la profanación de la señal de la cruz». El obispo Munilla dijo que cruzarse es un signo «en el que recordamos que Jesús dio su vida por nosotros, dio su vida por todos los inocentes, dio su vida para restaurar la inocencia y hacernos santos». Usar la señal de la cruz como lo hizo Biden, sin embargo, es «invocar la cruz de manera sacrílega». Apoyo plenamente al obispo Munilla y estoy de acuerdo con lo que dijo».
Mons. Paprocki concluye el vídeo citando lo que enseña el Catecismo sobre la profanación y la señal de la cruz, y recordando, con cita de la epístola de Gálatas, que «Dios no puede ser burlado».