(Bruno Moreno/InfoCatólica) Hace dos años, monseñor John B. Lipscomb, hijo de un predicador baptista y obispo episcopaliano del Sudoeste de Florida, en los Estados Unidos, dejó la Comunión Anglicana para convertirse en católico. Había sido obispo durante diez años, en los que lideró la diócesis del Sudoeste de Florida, con sus ochenta parroquias y más de treinta y cinco mil fieles episcopalianos, y contrajo la malaria en una misión en Kenya. Después de decidir entrar en la Iglesia Católica junto con su esposa, unos meses después de jubilarse por motivos de salud, explicó su decisión en una carta abierta como fruto de una “larga época de oración y reflexión” y de la “guía del Espíritu Santo”.
Durante su labor como obispo episcopaliano, fue uno de los grandes oponentes de la consagración del primer obispo episcopaliano abiertamente gay, Gene Robinson, que supuso una gran tensión en la Comunión Anglicana. También criticó duramente el relativismo moral y teológico que se ha ido apoderando de la Iglesia Episcopal en las últimas décadas, así como un inclusivismo que difumina el lugar único de Jesucristo en la salvación del hombre. Es uno de los cuatro obispos episcopalianos que se han convertido al catolicismo en los últimos dos años.
John Lipscomb fue ordenado sacerdote por el Arzobispo de Miami el miércoles pasado, en la capilla del centro para retiros espirituales Bethany, en el cual trabaja como director espiritual. Su ordenación se realizó en virtud de la Provisión Pastoral, una norma aprobada por Juan Pablo II en la década de los ochenta, gracias a la cual los pastores anglicanos o episcopalianos que se conviertan al catolicismo pueden ser ordenados como sacerdotes, aunque estén casados. Hasta el momento, unos cien antiguos pastores anglicanos se han beneficiado de esta posibilidad. La constitución Anglicanorum Coetibus, aprobada recientemente por Benedicto XVI, ha dado un paso más, al crear ordinariatos destinados a grupos enteros procedentes del anglicanismo que quieran conservar sus tradiciones anglicanas. Multitud de obispos y pastores de diversas comunidades anglicanas han expresado ya públicamente su interés por acogerse a esta posibilidad ofrecida por el Papa.