(Avvenire/InfoCatólica) El objetivo de la propuesta es enmendar la ley 194 para establecer el requisito de que el médico encargado de atender a la mujer que opta por interrumpir su embarazo debe permitirle conocer de manera directa al nasciturus:
«El médico que efectúa la visita previa a la interrupción voluntaria del embarazo según la presente ley – se establece en la propuesta, en el párrafo 1 bis del artículo 14 – está obligado a mostrar, mediante exámenes instrumentales, al nasciturus que la mujer lleva en su vientre y a hacerle escuchar el latido cardíaco del mismo».
La inciativa legislativa ha logrado reunir 106,000 firmas, superando ampliamente las 50,000 requeridas por la Constitución en su artículo 71. Las firmas fueron recogidas por una red de asociaciones dedicadas a la defensa y promoción de la vida humana, incluidas Pro Vita & Familia, Comité Verdad y Vida, Movimiento Militia Christi y Generación Quiero Vivir.
«Si de custodiar lo humano queremos hablar –se expone en el informe al proyecto de ley, presentado el 5 de diciembre de 2023 y con número de registro 1596–, la cuestión del embrión constituye, entre todas las cuestiones que la bioética enfrenta, el corazón del problema antropológico. Aunque usualmente el debate se pliega sobre la cuestión política que subyace a la legalización del aborto bajo ciertas condiciones, lo más destacado es la legitimación antropológica proporcionada por los modelos funcionalista y materialista. En el derecho a la vida, cada ser humano es absolutamente igual a los demás. Esta igualdad es el fundamento de cualquier relación social auténtica que, para ser tal, debe basarse en la verdad y en la justicia, reconociendo y protegiendo a cada hombre y mujer como persona y no como algo que se pueda manejar, distinguiendo claramente entre sujeto y objeto».
Jacopo Coghe, portavoz nacional de Pro-Vita e Famigilia, se muestra optimista:.
«Desde la aprobación de la ley sobre el aborto, nos han dicho que el aborto en el útero es un conjunto de células, pero si realmente es así, ¿por qué queremos impedir que las mujeres lo vean y escuchen los latidos de su corazón afirmando que ¿Que es un acto violento? Mostrar un grupo de células no constituye violencia»