(PortalVeterinaria/infoCatólica) Las ayudas están destinadas a cubrir los primeros gastos veterinarios y de identificación que deben enfrentar los ciudadanos al tomar esta decisión.
«Es una de las medidas comprometidas para los primeros cien días del nuevo Gobierno», ha remarcado el mandatario gallego, destacando el cumplimiento de este compromiso. En consecuencia, el Consello da Xunta ha sido informado sobre la próxima convocatoria de estos incentivos por parte de la Consellería de Medio Ambiente e Cambio Climático, que se anunciarán antes del verano, posiblemente en junio, con una asignación presupuestaria de 125.000 euros para este año.
Rueda detalló que las ayudas máximas se establecerán en 150 euros para adopciones de perros y 125 euros para gatos. Estos montos cubrirán los costos de microchip, desparasitación, vacunación y esterilización incurridos por el centro de recogida, si aplica, para asegurar el estado higiénico-sanitario de los animales en el momento de la entrega a sus nuevos propietarios, conforme a la Ley de protección y bienestar de los animales de compañía en Galicia.
Las subvenciones permitirán financiar la totalidad de los gastos que deba asumir el adoptante, en caso de que el centro de recogida decida trasladar esos costos al mismo.
Rueda señaló que, dados el presupuesto disponible y las cuantías máximas de las ayudas, se espera atender «alrededor de un millar de solicitudes» en toda Galicia, lo que también ayudará a que un número similar de perros y gatos encuentren un nuevo hogar. Añadió que «si fuera necesario, se ampliaría el crédito disponible».
Los beneficiarios de estas ayudas deberán ser ciudadanos que demuestren la adopción de un animal de compañía procedente de algún centro autorizado e inscrito en el Rexistro Galego de Núcleos Zoolóxicos (Reganuz), y que la adopción se realice desde la entrada en vigor de la orden y antes del 30 de septiembre de 2024.
Además, cada solicitante podrá recibir ayudas por un máximo de dos animales y deberán comprometerse a no transferir la titularidad del animal mientras este viva, «salvo casos de fuerza mayor», refiriéndose a situaciones justificadas por enfermedad, incapacidad sobrevenida o vulnerabilidad económica del adoptante original.
Esta medida se alinea con los objetivos de la Ley de protección y bienestar de los animales de compañía en Galicia, adoptada en 2017, que prioriza la erradicación del maltrato y el abandono, promueve la tenencia responsable y fomenta la adopción, especialmente en épocas señaladas como la Navidad.
Finalmente, la Xunta ha destinado 450.000 euros este año para financiar campañas de sensibilización y parte de los gastos de cuidado y protección de los animales a cargo de ayuntamientos y protectoras. Esta cantidad, sumada al presupuesto de la nueva línea de ayudas, resultará en casi 0,6 millones de euros dirigidos a combatir el abandono de animales de compañía en Galicia y promover su adopción para 2024.
Mascotas en lugar de hijos: fenómeno creciente en España
Los datos indican que en España hay más perros que niños, con una media de 1,5 perros por cada niño nacido. El número de nacimientos sigue descendiendo, alcanzando en 2023 la cifra más baja desde 1941 según el INE. Paralelamente, el deseo de tener hijos disminuye, influenciado por la elevada edad para la maternidad y el 60% de los jóvenes que no contempla la paternidad en el corto o medio plazo, optando muchas veces por mascotas debido a factores económicos, laborales y sociales que complican la crianza de un niño.
Según los expertos cada vez más personas eligen no tener hijos por preferir la compañía de mascotas, que ofrecen menor responsabilidad y facilitan la conciliación. En cuanto a costes, mantener una mascota implica un gasto medio de 2.000 euros anuales, considerablemente menor que el coste de criar un hijo. Esta situación se ve agravada por la inestabilidad laboral, llevando a muchas familias a retrasar la paternidad hasta los 40 años o a limitarse a un solo hijo, complementando la familia con mascotas.
España es el segundo país en la UE con la tasa de fertilidad más baja. Las políticas de conciliación siguen siendo insuficientes, pues las bajas maternales o paternales son cortas y los niños a menudo deben acudir a la guardería a temprana edad, lo que hace más atractiva la opción de tener mascotas, las cuales pueden quedarse en casa mientras se trabaja.