(KNA/InfoCatólica) El Patriarca de la mayor iglesia cristiana de Irak, con alrededor de medio millón de miembros, había llegado a la capital la víspera. Sako dejó Bagdad en agosto, después de que el presidente sunita Abdul Latif Rashid le retirara el reconocimiento estatal como líder de la iglesia.
El Primer Ministro Al-Sudani destacó en el encuentro con el Patriarca el esfuerzo del gobierno por reafirmar el principio de coexistencia y fraternidad dentro de toda la sociedad iraquí. Esto es clave para el progreso, la prosperidad y la mejora de la situación social para todos los iraquíes. Específicamente señaló la «rol histórico de la componente cristiana iraquí y su contribución a la construcción del estado y al fortalecimiento de sus pilares». El país es fuerte y se distingue por sus diversas confesiones. El Patriarca Sako, por su parte, felicitó al Primer Ministro por la festividad musulmana del fin del ayuno, según Abouna.
El Patriarcado caldeo en Bagdad alabó la iniciativa de Al-Sudani. La invitación fue «un buen augurio y un primer paso en un camino de mil millas», según se expresó en la página web del Patriarcado. Sin embargo, para que la colaboración sea exitosa, se deben corregir los errores cometidos. Desde el patriarcado se critica la acción de la oficina presidencial iraquí. Es esencial que el Cardenal Sako sea reconocido nuevamente como líder de la iglesia, esa es la demanda principal. En general, los cristianos en Irak deben estar plenamente involucrados en la vida sociopolítica del país.