(Fides/InfoCatólica) «Las bandas cada día están más armadas y son más feroces, estamos atrincherados dentro del hospital, con la esperanza de que no nos ataquen. No podemos salir a comprar comida o medicinas para las personas que acogemos, niños discapacitados, enfermos, familiares de los hospitalizados y el personal médico y de enfermería». Así se expresa el padre Erwan, misionero de los Ministros de los Enfermos Camilos, desde Puerto Príncipe, donde la tragedia sigue atenazando a la población.
«Nos permitieron, después de 'pagar una tangente', salir una sola vez con la ambulancia para comprar 30 bombonas de oxígeno para los pacientes ingresados y para las intervenciones quirúrgicas. La situación es cada día más peligrosa», subraya el camilo, que es ecónomo del Foyer San Camilo y se encuentra presente con su cofrade, el padre Robert, que es el director. El Foyer está situado en La Plaine, en el municipio de Croix de Bouquet, salida norte de la capital, Puerto Príncipe.
«Pienso en la tragedia que vive el pueblo haitiano y que cada día se hunde más en el abismo en medio de la indiferencia mundial -reflexiona el padre Antonio Menegón, MI-. Nadie habla de ello. Peor aún nadie interviene, y con lo poco que podemos hacer intentamos estar presentes para ayudar a los muchos 'fantasmas' haitianos a vivir a pesar del silencio que les rodea. Salvar la vida de los haitianos es continuar la resurrección de Jesús en la vida cotidiana», concluye el sacerdote, responsable de la organización camiliana sin ánimo de lucro ‘Madian Orizzonti’.
Según un informe de la ONU, más de 50.000 personas han huido de la capital en las últimas semanas, sumándose a los más de 100.000 refugiados que ya se encuentran en el sur de Haití.