(Agencias/InfoCatólica) «Es indignante. Las prohibiciones de Florida, así como las propuestas de funcionarios republicanos electos en todo el país, están poniendo en riesgo la salud y la vida de millones de mujeres», señaló Biden en un comunicado.
El lunes, la Corte Suprema de Florida dio el visto bueno a la ley que prohíbe el aborto a partir de las sexta semana del embarazo, cuando la mayoría de las mujeres no sabe que está embarazada. Es conocida como la ley del latido del corazón, que ya fue aprobada en términos parecidos en Texas
Esta norma de las seis semanas, impulsada por el gobernador Ron de Santis, estaba suspendida, a la espera de que la Corte Suprema tomara una decisión sobre las quince semanas, y ahora entrará en vigor dentro de 30 días.
«Estas leyes extremas quitan a las mujeres la libertad de tomar sus propias decisiones sobre atención médica y amenazan a los médicos con penas de cárcel simplemente por brindar la atención médica para la que fueron capacitados», añadió Biden.
El Supremo de Florida decidió además que el tema del aborto esté en las papeletas electorales del 5 de noviembre, por lo que los ciudadanos decidirán en las urnas si quieren consagrar las protecciones del aborto en la constitución del estado.
«La vicepresidenta Harris y yo apoyamos a la gran mayoría de los estadounidenses que apoyan el derecho de la mujer a elegir, incluso en Florida, donde los votantes tendrán la oportunidad de hacer oír sus voces en apoyo de una iniciativa electoral sobre libertad reproductiva este noviembre», aseveró el presidente.
Quiere una ley federal que permita el aborto en todo el país
Biden asegura que su gobierno seguirá firme en el compromiso de apoyar la legalización plena del asesinato de los no nacidos y continuará pidiendo al Congreso que apruebe una ley que restablezca las tesis abortistas de la sentencia Roe v. Wade, que protegía el aborto a nivel federal y que fue tumbada por la Corte Suprema en 2022, en todos los estados.
En otro comunicado de prensa, la vicepresidenta Kamala Harris afirmó que la decisión de Florida supone que millones de mujeres «probablemente vivirán en una realidad aún más cruel en la que tendrán que elegir entre poner sus vidas en riesgo o viajar cientos o miles de millas para recibir atención».